Concepción/CHILE.- El aporte fue recibido por el párroco Pbro. Edgardo Ojeda, de la parroquia Dulce Nombre de María, quien explicó que “hemos atendido a gran parte de las familias afectadas, sin distinción de credo, creencias políticas o de otra índole. Me llamó mucho la atención un señor que lo había perdido todo, y el día que lo visitamos nos preguntó quiénes éramos, a lo que yo contesté ‘el párroco de Ñipas’. Yo creo que era evangélico, y ví cómo se emocionó mucho, tal vez porque nunca pensó que hermanos de otra religión lo iban a auxiliar”.
Luego de constatar el estado de la situación en el salón contiguo a la parroquia, el Arzobispo se dirigió al sector de Carrizales, afectado por los incendios. Lo acompañaron el párroco, el equipo de la pastoral social y periodistas del periódico “Diálogo”. Una vez en el lugar pudo constatar la magnitud de los daños causados por las llamas, así como el estado de total destrucción en que quedó la vivienda de la encargada de la comunidad católica del sector.
Posteriormente se trasladó a la escuela de Nueva Aldea, donde conversó con algunas personas que estaban albergadas en ese lugar. El Pastor indicó que “lo que hace la Iglesia no es un evento solidario, sino dar cumplimiento a lo que nos ha sido encomendado de acompañar a quienes sufren, algo que por cierto es constituyente de nuestra misión y que hacemos todos los días”.
Monseñor Chomalí al terminar el día celebró una Eucaristía en la cual se pidió por toda la comunidad y especialmente por las familias que sufrieron los embates del fuego.