Santiago/CHILE.- En un ambiente festivo y marcado por la alegría de los cientos de asistentes que repletaron la parroquia San Juan Bosco, en La Cisterna, el arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati, salesiano, presidió la celebración eucarística de la Fiesta de Don Bosco, el martes 31 de enero. La misa fue concelebrada por los padres Marcos Vergara, director de Salesianos La Cisterna, y Leonardo Santibáñez, Padre Inspector, entre varios religiosos salesianos. Durante la Eucaristía se brindó un reconocimiento a quienes cumplieron 50 y 60 años de profesión religiosa y también se anunció que el nuevo Inspector, Padre Alberto Lorenzelli asumirá su cargo en una eucaristía el sábado 3 de marzo en el templo de La Gratitud Nacional.
En su homilía, y ante una presencia mayoritaria de jóvenes de los colegios y diversas obras de la Congregación Salesiana en Chile, monseñor Ezzati dio gracias a Dios “por las maravillas de su amor: un amor verdadero y tierno, paternal y lleno de cercanía, preventivo y al mismo tiempo cargado de confianza, manifestado y fecundo también en el hoy de nuestra historia en San Juan Bosco, a quien Juan Pablo II, ha definido como ‘padre de los jóvenes’”.
Proveniente de una humilde familia de campo, pobre en bienes materiales, pero inmensamente rica en dones del Espíritu, agregó el Pastor de nuestra Arquidiócesis, Don Bosco “fue un discípulo fiel e intrépido de Jesús, ha hecho de su vida una misión fecunda, toda ella puesta al servicio de los jóvenes, especialmente de los más pobres y del pueblo sencillo, discípulo y misionero de Jesucristo”.
Maternalmente asistido por la Virgen María, Inmaculada y Auxiliadora, San Juan Bosco, subrayó el Arzobispo de Santiago, dio inicio en la Iglesia a “una singular experiencia carismática, un proyecto unitario de vida y de desarrollo, que une promoción humana y evangelio, vida terrena y eterna, educación y evangelización a favor de los jóvenes”. En ese sentido, destacó a los 15.560 salesianos en el mundo, de los cuales 15.439 son profesos y 121 son obispos, a los que se suman 414 novicios.
La labor incansable de los salesianos
Asimismo, valoró la presencia de la Congregación Salesiana en el mundo, con las 1.823 obras erectas canónicamente a las cuales se agregan otras 142, diseminadas en 89 provincias en todos los continentes que conforman esta congregación fundada en Italia en 1859. “Nuestro asombro y gratitud se multiplica cuando contemplamos la familia Salesiana, las Hijas de María Auxiliadora, los otros grupos de consagrados y consagradas que se identifican con el carisma de Don Bosco, los Cooperadores los Antiguos Alumnos y los amigos y amigas de Don Bosco. ¡Qué gracia inmensa para la Iglesia y para la humanidad!”, agregó el Arzobispo al respecto.
En el trienio que nos prepara a celebrar el Bicentanario del nacimiento de Don Bosco (nació el 16 de agosto de 1815), monseñor Ezzati citó las palabras del Rector Mayor de la Congregación: “Se nos ofrece la oportunidad de acercarnos más a él, para conocerlo más de cerca y mejor… para comprender su camino espiritual y sus opciones pastorales, para inculturar su carisma, hoy, en los diversos contextos y situaciones”.
Monseñor Ezzati recordó que en su vida el fundador de los salesianos cultivó y encontró inspiración en tres grandes amores: la Eucaristía, la Virgen Auxiliadora y la Iglesia. Y agregó que “Don Bosco invita a no perder nunca la confianza y la esperanza y exhorta a encontrarla en Dios que es Padre Providente, en su Hijo, Buen Pastor, única ‘esperanza que no engaña’ y el auxilio materno de María”.
Sobre la vigencia del mensaje de Don Juan Bosco, monseñor Ezzati expresó que “en un mundo que parece querer olvidar a Dios, Don Bosco invita a ir decididamente al encuentro del Señor para encontrar en Él el significado más bello y el gozo más auténtico de la vida, la luz que esclarece el camino y la meta hacia la cual encaminar confiadamente los pasos con la sencillez de un niño”.
Y abordando algunos hitos que marcarán la vida de la Iglesia en Chile este 2012, Monseñor Ezzati concluyó que en el año de la Misión Joven y a las puertas del año de la Fe, el testimonio de San Juan Bosco quede grabado en nuestro corazón.
Tras la Eucaristía, monseñor Ricardo Ezzati compartió animadamente junto a los feligreses en el patio del Liceo Manuel Arriaran Barros.
El fundador de una obra al servicio de los jóvenes y de los más pobres
Don Juan Bosco nació el 16 de agosto de 1815, en la región del Piamonte, Italia. Con el sueño de ser sacerdote para dedicarse enteramente a la salvación de los niños, mientras trabajaba de día, pasaba las noches sobre los libros, hasta que, a la edad de veinte años, pudo entrar en el Seminario de Chieri y ser ordenado Sacerdote en Turín en 1841, a los 26 años.
Falleció el 31 de enero de 1888 a la edad de 72 años. El 1 de abril de 1934, Pío XI, que tuvo la dicha de conocerlo personalmente, lo proclamó Santo.
Para conmemorar su fallecimiento, cada 31 de enero se celebra la Fiesta de Don Bosco.
