Gualeguaychú/ARGENTINA.- “Renovarse es vivir”, destacó el obispo de Gualeguaychú, monseñor Jorge Eduardo Lozano, al señalar que los cristianos tenemos como modelo y guía el Evangelio que “nos muestra el camino de la plenitud de la vida cristiana”, aunque lamentó que “a veces nos vamos dejando estar y corremos el riesgo de “ir a menos” y achancharnos.
El prelado destacó que “la Cuaresma es un tiempo propicio para crecer en el deseo de seguir más de cerca los pasos de Jesús, encontrarnos más con Él y crecer en su amistad. Ser más generosos y solidarios con los pobres y los que sufren”, pero advirtió que “es necesario que de la experiencia del encuentro con Jesucristo se dé testimonio. Si no corremos el riesgo de dar a la religiosidad el lugar de un espectáculo en el cual soy simplemente un espectador”.
“La misión nos libera del intimismo egoísta para abrirnos a los demás y compartir la alegría de la fe. El papa Benedicto XVI, en el discurso inaugural de la Asamblea de Aparecida en 2007, nos decía que ‘discipulado y misión son dos caras de una misma medalla’. Esto significa en concreto que si no soy misionero, tampoco soy discípulo, y viceversa”, subrayó en su columna en el diario Crónica.
El obispo insistió en que “la naturaleza propia de la Iglesia, su identidad profunda, es ser evangelizadora”, aseguró que “la conversión no es sólo decisión de cada uno individualmente, sino una necesidad de cada comunidad, una opción clara”.
Por último, citó el documento de Aparecida para profundizar: “Esta firme decisión misionera debe impregnar todas las estructuras eclesiales y todos los planes pastorales de diócesis, parroquias, comunidades religiosas, movimientos y de cualquier institución de la Iglesia. Ninguna comunidad debe excusarse de entrar decididamente, con todas sus fuerzas, en los procesos constantes de renovación misionera, y de abandonar las estructuras caducas que ya no favorezcan la transmisión de la fe.”