Nueve de Julio/ARGENTINA.- El obispo de Nueve de Julio, monseñor Martín de Elizalde OSB, presidió la Misa Crismal el viernes 30 de marzo, en la catedral Santo Domingo de Guzmán.
El prelado señaló que "la consagración del santo Crisma y la bendición de los óleos para la unción de los enfermos y para el bautismo se dirigen a la santificación de los cristianos. Por eso se consagran y bendicen en esta ocasión solemne, única en el año. El Crisma significa sacramentalmente la venida del Espíritu Santo en el bautismo y la confirmación; en la ordenación sacerdotal expresa la efusión del mismo Espíritu, que confiere la gracia que habilita para ejercer el ministerio".
“A esta celebración tan antigua -dijo- se quiso unir el gesto de la renovación de las promesas sacerdotales porque tradicionalmente la Misa Crismal tiene lugar el Jueves Santo por la mañana, día sacerdotal. Al renovarla delante de los fieles, los presbíteros no solo toman a los laicos presentes por testigos de sus palabras, sino que les expresan que están enviados a servir, que pueden contar con ellos, que se esforzarán por atenderlos con generosidad e inteligencia y con sentido de justicia, sin egoísmo, pereza o discriminación".
Con respecto a la realización, este año, del Sínodo de Obispos que llevará como lema “La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana”, el pastor invitó a los sacerdotes a difundir en sus comunidades el texto de las líneas propuestas para su discusión.
Monseñor Elizalde pidió a los sacerdotes que "nuestro servicio eclesial, servicio a los hermanos, servicio a la evangelización, esté siempre delante de nuestros ojos, como prioridad en nuestras tareas apostólicas, y que se alimente en los misterios que celebramos y en la presencia del Señor, ante quien nos hemos comprometido con las solemnes promesas que renovamos hoy" y les agradeció por "su dedicación y su compromiso".
El obispo de Nueve de Julio llamó a los sacerdotes a trasmitir "una imagen genuina de unidad y de comunión, de alegría en el servicio pastoral y de solicitud por los hermanos, estoy seguro que brotarán en nuestras comunidades las vocaciones que necesita la Iglesia" e instó a los fieles a que "conscientes de su bautismo, ahonden en el encuentro espiritual con Dios por Jesucristo en el Espíritu Santo, y viviendo con profunda seriedad la gracia recibida se entreguen, comprometida y gozosamente, a la obra evangelizadora, a la cual como laicos están llamados. De verdad, los fieles son la alegría de sus pastores".+
