Puerto Iguazú /ARGENTINA.- “La predicación de los Apóstoles será siempre un testimonio de la Resurrección de Cristo y nos lleva a conocer cómo la Iglesia nace en nombre del Resucitado. El tiempo pascual nos conducirá constantemente a esta verdad”, manifestó el obispo de Puerto Iguazú, monseñor Marcelo Raúl Martorell, al comienzo de su homilía.
El prelado recordó que Pedro “que negó al Maestro y Amigo, y que lloró por ello amargamente, quiere que los hombres no nieguen al Señor, quienes por el pecado seguimos negándolo y rechazando a quien es el autor de la Vida. Esto fue y será siendo causado por la ignorancia”.
“Pedro proclama que es necesario arrepentirse y convertirse para ser perdonado como él mismo fue perdonado. Esto vale para todos los seres de la tierra, hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, ricos y pobres, gobernantes y gobernados, para quienes tienen poder y para los que no lo tienen, es necesario arrepentirse y no pecar más”, señaló.
El pastor de Puerto Iguazú aseguró que cuando Jesús se encuentra con sus Apóstoles, les saluda con la paz “no les reprocha el abandono ni el temor o la falta de confianza. Su corazón lleno de amor y de misericordia les ofrece la paz para asegurarles su perdón y su confianza, su amor inalterado. Es que el amor de predilección por sus apóstoles no se entorpece ni siquiera por la traición o el miedo”.
Monseñor Martorell recordó que es la fuerza del amor del resucitado la que pone en marcha el misterio del amor infinito de Dios hacia su criatura, la obra de su amor.
Como conclusión, el obispo declaró que si no llevamos a la Cruz nuestros pecados personales “no gustaremos del gozo de la resurrección, debiéramos sentir el deseo del gozo de Jesús Resucitado que nos hace hijos de la misma resurrección de Jesús”.+