Monseñor Jorge Eduardo Lozano, obispo de Gualeguaychú, explicó que la palabra “vocación” viene del latín, y significa “llamado”, y señaló que “hay un llamado-vocación, que es común a todos, y después algún llamado-vocación particular a cada uno”.
El prelado recordó que “el primer llamado común a todos es el llamado a la vida”, pero indicó que, además, “nos llama para que seamos sus hijos por medio del Bautismo”, y a ser santos.
“La vocación a la santidad no es exclusiva para unos pocos sacerdotes y consagrados. Todos los que somos hijos de Dios somos llamados a desplegar en nuestra vida las cualidades del Bautismo”, indicó en su columna semanal en el diario Crónica.
Al referirse al Domingo del Buen Pastor, señaló que se dedica en todo el mundo a rezar “de manera particular por las vocaciones sacerdotales y a la vida consagrada”.
“Los sacerdotes nos muestran con su vida la presencia de Jesús. Por medio de los sacerdotes el mismo Cristo bautiza, perdona los pecados, consagra el pan y el vino en su cuerpo y sangre. Ellos nos reúnen en cada capilla, parroquia o colegio para acercarnos la Palabra de Dios y formarnos como comunidad cristiana. Ellos traen el consuelo de Dios a los enfermos, los presos, los que sufren”, explicitó.
Asimismo, puntualizó que “las consagradas y consagrados nos muestran que su tesoro es Dios y su Iglesia. Por eso entregan la vida entera a su servicio. Son un signo vivo del Reino de Dios. Se dedican a la educación, los enfermos, la catequesis, la misión, la oración”.
Tras citar un párrafo del mensaje de Benedicto XVI para esta ocasión, monseñor Lozano alentó a sumar “nuestra oración para que muchos jóvenes -chicas y muchachos- escuchen la voz de Jesús que los llama por amor a ellos y a su pueblo”.+