Mendoza/ARGENTINA.- El domingo 2 de septiembre la Iglesia en la Argentina celebró el Día del Migrante. En este marco, el arzobispo de Mendoza, monseñor José María Arancibia, dio a conocer un comunicado en el que recordó que “la primera evangelización, según el libro de los Hechos y las cartas apostólicas, se realizó en medio de migraciones múltiples de aquel tiempo, en medio de dificultades varias, injusticias, búsquedas, ardores misioneros, que dieron lugar a esfuerzos abnegados y a una gran fortaleza de vida cristiana”.
El prelado señaló que “la movilidad actual en el mundo va tomando características aún más complejas y extendidas” y agregó que preocupa a los creyentes y cristianos “que ese fenómeno creciente y múltiple, se da hoy en día en un mundo materializado o secularizado, donde se olvida a Dios o se lo rechaza. La diversa y rica tradición religiosa suele ser ignorada, poco valorada, despreciada; en algunos sectores engendra confusión, abandono de la propia fe, cambio de creencias”.
“Es necesario pensar en una nueva evangelización, con el ingenio y la dedicación abnegada de la Iglesia, que la reclama, para que los débiles en la fe no la pierdan en los nuevos ambientes donde llegan; para que los maduros y fuertes se conviertan en misioneros de todos esos lugares; y que los no creyentes hallen la invitación y el testimonio de fe, en comunidades creyentes”, dijo.
Monseñor Arancibia manifestó que “los cristianos, por su fe en Jesucristo, se reconocen como casa de Dios, edificada sobre el fundamento de los apóstoles, y sobre Cristo como piedra principal. Esa casa, es templo santo de Dios, y edificio donde habita el Espíritu. Por lo tanto, los cristianos son verdaderos conciudadanos en un pueblo santo, que sobrepasa y supera toda condición de ser extranjeros”.
El pastor mendocino afirmó que celebrar el día del Migrante significa: “Agradecer con un corazón abierto las corrientes migratorias de antes y de ahora, dar gracias por todo lo que ellos aportaron a nuestro progreso humano y religioso y manifestar gratitud por quienes recibieron y reciben a extranjeros, con amor comprensivo”.
Como conclusión, el arzobispo llamó a reconocer y agradecer a quienes se ocupan de las situaciones difíciles provocadas por las migraciones de toda índole; tanto en los aspectos pastorales, de evangelización, catequesis y misión, como en los de asistencia, integración y promoción humana. +
