Buenos Aires/ARGENTINA.- El Consorcio de Médicos Católicos de Buenos Aires emitió un comunicado titulado “La educación en la Argentina”, en el que advierte sobre “la necesidad de tomar conciencia, del proceso evolutivo hacia el nihilismo, que hoy vive la educación en el mundo, y, muy particularmente en nuestro país”.
“El cambio de nuestro entorno cultural, abre las puertas a un relativismo que se traduce entre otras cosas, en una inquietante y perversa educación sexual que pretende imponerse a nuestra juventud desde una muy temprana edad”, señala el mensaje del consorcio presidido por el doctor Alejandro Nolazco.
“En su momento el Consorcio de Médicos Católicos de Buenos Aires, hizo una extensa declaración sobre los contenidos de la revista ministerial de educación sexual. En las últimas semanas, hemos sido testigos de los episodios de toma de colegios, agresión a profesores, y, el libertinaje con que se intenta, no sólo justificar los hechos, si no legitimar con los mismos, un adoctrinamiento que se traduce en la imposibilidad de asumir una verdadera libertad de expresión”.
“Creemos –dice el comunicado- que los argentinos debemos despertar de este letargo de tantos años, que ha hecho sucumbir, muchos de los valores sobre los que se construyo este país”.
El mensaje asegura:
El Estado es quien debe responder por la deserción a nivel secundario de un 52 % del estudiantado, quien deberá hacer un análisis profundo, razonado e inspirado en la Verdad, para corregir los planes de estudio y ordenar la disciplina en las aulas, y el que debe proveer los recursos necesarios, para dignificar la remuneración del docente, darle la responsabilidad, la autoridad y el apoyo en su gestión, para informar y formar al ciudadano del mañana.
Lo vivido en estos últimos años y hasta el presente, pone ante nuestros ojos lo erróneo de nuestra política educativa.
El Consorcio de Médicos Católicos de Buenos Aires, adelanta un pedido de cambio, no sólo en los contenidos vigentes, sino en la totalidad del proceso educativo, con el fin de reducir el bullying -la violencia escolar entre menores- y el acoso entre alumnos.
La drogadicción desde temprana edad, las enfermedades de transmisión sexual, el desprecio por los estudiosos, responsables, retraídos, la agresión al docente, tanto por parte de los alumnos como del grupo familiar, son la manifestación y confirmación de una política educativa carente de valores morales que necesita imperiosamente ser corregida.
El futuro del país debería tener como pilar distintivo una excelencia educativa que dejando de lado una política demagógica, comience de inmediato a solucionar sus numerosas deficiencias.
Una política que permita terminar con la grave deserción escolar actual y aplicar programas con contenidos que" profundicen los fundamentos de la dignidad humana recociendo al mismo tiempo sus derechos inherentes".
