Juventud y Primavera, unidas, porque implican vida y promesa

Santa Fe de la Vera Cruz/ARGENTINA.- El arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz, monseñor José María Arancedo, recordó que en septiembre se celebra el Día del Estudiante y, en un sentido más amplio, el Mes de los Jóvenes, al considerar que “hay razones que justifican unir el mes de la primavera con la juventud, por todo lo que implica de vida, novedad y promesa”.

“Me preguntaba, al escribir estas palabras, que les diría hoy Jesucristo a los jóvenes. Su Palabra es siempre actual, por ello ‘desde el evangelio’ podemos conocer lo que él piensa o nos diría, más importante sería tratar de imaginar nuestra respuesta”, dijo en su alocución semanal por radio.

El prelado consideró que “éste es el mejor modo de leer el evangelio, es decir, sentirnos involucrados con lo que leemos y tomar una actitud que defina en nosotros un estilo de vida, que es como decirle al Señor, a partir de ahora tú serás mi Camino, mi Verdad y mi Vida. Cuando llegamos a este nivel de diálogo todo comienza a cambiar, la duda se hace certeza, lo tibio se hace compromiso, la vida, en última instancia, se hace camino de amor, de esperanza y alegría. El no me da respuestas mágicas a posibles problemas, me da el sentido de la vida como hijo de Dios”.

“Esto tan simple de decir es el comienzo de la sabiduría cristiana. No soy alguien más, sino alguien único. La fe me descubre en una relación personal con Dios. Un rasgo que aparece siempre en el encuentro con Jesucristo es su cercanía, así lo fueron sintiendo todos los que se acercaban a él. ‘Yo los llamo amigos’, les dice, porque les abro mi corazón y les doy: ‘a conocer todo lo que oí de mi Padre’. La amistad lleva a la comunión”, subrayó.

El arzobispo santafesino sostuvo que “esta cercanía de Jesús va despertando, en quienes serían sus primeros discípulos, el deseo de conocerlo y luego de seguirlo. Este es otro rasgo de la relación de Jesús con los jóvenes, quienes lo conocen no quedan indiferentes, han encontrado algo nuevo. Una consecuencia de esto en el joven es que: ‘el amigo de Jesús se hace cercano a todos, sale al encuentro generando relaciones interpersonales que susciten, despierten y enciendan el interés por la verdad’”,

Asimismo, aseguró que “una verdadera amistad con Jesús se expresa en un nuevo modo de relacionarme con el prójimo, que es mi hermano” y “es cierto, también, que cuando se inicia un diálogo de amistad con el Señor él siempre va por más. Parecería que quiere invitarnos a una entrega mayor, respetando ciertamente nuestra libertad, pero abriéndonos a horizontes nuevos y tal vez más comprometidos”.

“Pienso en el diálogo con el joven rico del evangelio. Jesús se podría haber quedado conforme con las respuestas dadas que hablan de una vida correcta, incluso ejemplar. Pero ante la insistencia del joven: ¿qué me queda por hacer?, Jesús da un paso más: ‘vende todo lo que tienes y dalo a los pobres…. luego ven y sígueme’. Veo en esto el camino o la dinámica de una vocación sacerdotal o religiosa, que nunca debe estar ausente en el horizonte de una amistad real con el Señor”.

Monseñor Arancedo sostuvo que “sería incompleta una lectura del evangelio que no tuviera presente esta realidad vocacional, que ha sido y es parte esencial de la misión de Jesucristo. Sólo desde un encuentro personal con Él y de un seguimiento generoso es posible hablar de la vocación sacerdotal. Este tema no debería estar ausente en el Mes de los Jóvenes”.+