Monseñor Marcelo Raúl Martorell, obispo de Puerto Iguazú, administró el sacramento de la confirmación a decenas de niños, jóvenes y adultos en las parroquias de Nuestra Señora de Fátima, de la localidad de Montecarlo, y de la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, de Puerto Libertad. “Busquen a Jesús en la belleza y la alegría de la fe”, exhortó en sus visitas pastorales.
El prelado presidió el viernes 2 de noviembre, en la parroquia Nuestra Señora de Fátima, la misa en la que administró el sacramento de la confirmación a 128 vecinos de Montecarlo, una localidad emplazada a 150 kilómetros de la sede episcopal. Lo acompañó en la celebración el párroco local, presbítero Sandro Zacarías.
En su homilía, monseñor Martorell manifestó una “gran alegría” por ver a “tantos jóvenes que buscan a Dios”, y los animó a seguir buscando a Jesús: “Búsquenlo sobre todo en este Año de la Fe en que toda la Iglesia está llamada a redescubrir y profundizar la belleza y la alegría de la fe”.
En tanto, el sábado 3 de noviembre celebró la Eucaristía en la parroquia Sagrado Corazón de Jesús, de la localidad de Puerto Libertad, ubicada a 50 kilómetros de Puerto Iguazú.
En esta parroquia monseñor Martorell impartió el sacramento de la Confirmación a 60 fieles, acompañado por el párroco, padre Severino Matyasik OFM. También concelebraron el vicario parroquial, padre Silvano Jendrika OFM y el rector de la misión polaca en la Argentina, padre Jorge Twarog OFM, quienes cumplían ese día 25 años de vida consagrada al sacerdocio.
En su homilía, el prelado recordó la importancia del sacramento de la confirmación y la vivencia de la fe desde la responsabilidad frente a todas las expresiones de la vida, la propia y la de los demás.
Asimismo, resaltó la importancia y el compromiso de la vida religiosa en orden a la evangelización y resaltó la fidelidad de los sacerdotes que cumplían sus bodas de plata sacerdotales. Tomándolos como ejemplo de fidelidad a Cristo y a la Iglesia desde su carisma franciscano, invitó a la feligresía a considerar el llamado de Dios a la vida sacerdotal o religiosa “para comprometerse en la cosecha del Reino de Dios”. +
