ARZOBISPO DE AREQUIPA DICE QUE AL CELEBRAR LA PASCUA COMPARTIMOS CON JESÚS EL TRIUNFO DE LA RESURRECCIÓN

En un mensaje por Semana Santa, el Arzobispo de Arequipa, Monseñor Javier Del Río Alba, dijo que en este tiempo celebramos, contemplamos y participamos de un modo más intenso en el misterio pascual de la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor Jesucristo.

Señaló que como todos los años, Jesús quiere celebrar la Pascua dentro del calor de la comunión de nuestras parroquias, movimientos y comunidades. “La comunidad cristiana es esa casa en la que Jesús celebra la Pascua con nosotros, su familia, dentro de los muros de la Iglesia que nos protegen de las asechanzas del diablo. La Iglesia es como la nueva Jerusalén. Su fe es como el muro que nos protege contra los poderes amenazantes de las tinieblas del pecado que quieren destruir el mundo”, dijo.

Asimismo, indicó que cuando celebramos la Pascua con Jesús y vivimos dentro de su Iglesia escuchando su Palabra y alimentándonos de los sacramentos en comunión con Dios y los hermanos, experimentamos que Él comparte con nosotros el triunfo de la resurrección. El pecado y la muerte ya no tienen poder sobre nosotros y, justamente por eso, tampoco tenemos miedo de, como Jesús, salir de nuestras seguridades para ir al encuentro de tantos hombres y mujeres que viven en el caos y las tinieblas, para llevarles la Buena Noticia de la resurrección y encender en ellos la luz de la esperanza.

“Creer en Jesucristo Resucitado significa salir de los muros de nuestra comodidad y nuestros miedos para llevar a Jesús a las periferias existenciales, como las ha llamado el Papa Francisco, es decir allí donde los hombres, varones y mujeres, niños, adolescentes, jóvenes, adultos o ancianos, no le conocen y sufren las consecuencias del pecado y de la muerte. Pidámosle al Señor que podamos vivir bien esta Semana Santa para que, entrando con Él en su muerte y resurrección, la Iglesia en Arequipa pueda resurgir como una luz que brille en las noches y oscuridades existenciales de miles de hermanos que viven en nuestras ciudades y pueblos, a los cuales estamos llamados a llevarles el Evangelio con nuestras palabras pero, sobre todo, con nuestro amor”, concluyó Monseñor Javier Del Río.