Día de la juventud en el Santuario de La Candelaria de Copiapó

En su homilía, el P Alejandro se refirió no sólo a los jóvenes que sirven y participan en la fiesta o en las comunidades, sino a toda la juventud, “esta gran diversidad de hombres y mujeres que están en esta edad llenos de sueños y esperanzas, a esos jóvenes a los que la vida se les ha pecho pesada, que tienen sueños truncados”. Dijo que a ellos había que llegar “con la buena noticia del Señor”. Poniendo a Santa Águeda como ejemplo, la invocó “como modelo de quien tiene su fe puesta en Jesús”. Dijo que la tarea es “valorar la fe en Jesús y responder al llamado misionero, porque la fe nos hace discípulos y también debe hacernos misioneros, una misión que no es solitaria, es en comunión, con humildad, confianza y sencillez”. Invitó a toda la comunidad a tener con la juventud una “actitud de acogida y pastoreo, para escucharlos, acompañarlos,, ayudarles a crecer en su proceso de fe y en sus realidades de cada día”. Y a los jóvenes los invitó a ser “callejeros de la fe, capaces de anunciar a Jesucristo en todo lugar".

Al final de la misa los jóvenes leyeron una declaración "la pastoral juvenil que queremos ser para Atacama" y luego recibieron agua bendita y renovaron su compromiso.

Obispo dedicó su catequesis a los jóvenes presentes en el Santuario

“Cuando pienso en los jóvenes, la primera palabra que se me viene a la mente es ‘gracias’- comenzó diciendo Monseñor Celestino Aós, en su catequesis en el Santuario de La Candelaria. “Gracias porque han estado calladamente, con generosidad, en todas las celebraciones, colaborando, y no lo hacen no porque van a recibir un reconocimiento, sino por amor a Jesucristo, por amor a la Virgen, a Dios”. Hizo referencia a los jóvenes que deben dejar su ciudad por estudios o trabajo. “Cambiará la casa, la pensión, el atuendo, pero la fe no se cambia, se madura- dijo el Pastor-, sigan siendo cristianos en la Universidad, allí donde estén, porque ustedes son necesarios como testigos para los demás jóvenes y los mayores”.

Haciéndose eco del Papa Francisco, don Celestino les dijo: “sean capaces de buscar la verdadera felicidad, la que respeta toda vida desde el momento de su concepción, de estudiar y trabajar responsablemente para hacer fructificar los talentos y ponerlos al servicio de los demás, que nace de tener un ideal, del acostarse diciendo ‘yo hice hoy que Chile y el mundo sea un lugar un poco más humano” y les recordó que “Jesucristo no ha buscado lo fácil sino lo verdadero, no puedes hacer proyecto de vida sin referirte a Jesucristo”. Les preguntó: “¿Cuál es tu proyecto de vida? Y si Jesús te llamara a ser religioso o religiosa? Si sintieras la vocación para ser sacerdote?”. Mirando a Santa Águeda destacó su fidelidad y fortaleza, “lúcida y coherente” y pidió a María Candelaria “que ampare, proteja llene de luz y misericordia a los que viven en la esclavitud del pecado y del vicio, con su gracia nuestras vidas pueden ser de plenitud, alegría y bienaventuranza”.