CAMINEO.INFO.- Verdaderamente somos afortunados. No hemos cesado de pedir con fuerza y confianza a Nuestro Señor que nos envíe jóvenes para ser sacerdotes y nos ha escuchado. En este curso serán 57 los seminaristas dispuestos a servir a la Iglesia. Están en nuestros seminarios diocesanos, el de San Fulgencio y en el Redemptoris Mater. Ellos son la esperanza ¿verdad que tenemos razones para dar gracias a Dios?
Lo más hermoso de esta experiencia es que podemos sentir cercano al Señor, cercano a nuestras necesidades y a las necesidades de su Iglesia. Podemos comprobar que no estamos solos y que la invitación que nos hace a confiar, caminar y a fiarnos tiene sentido. Dios no se esconde, se hace visible cada día, lo puedes sentir en la oración, en la Palabra, en la Eucaristía; te propone un porvenir, te compromete, te liga al destino y vida de otras personas. Dios no está escondido. El que está metido en esta aventura de seguirle tiene claro que la iniciativa ha sido suya y, además, su voz es perceptible y nítida, sientes en tu carne que el Señor te ofrece certezas. Es posible que te rocen los problemas, los miedos, las inseguridades, como seres humanos que somos puede sucedernos, pero no podrán nunca vencernos, la fuerza del Señor no abandona. Amigo, los sueños se convierten en tormentas, cuando nos alejamos de Dios, pero si permanecemos en la fe serán motivo de estímulo para caminar predicando el Reino de Dios como hombres libres.
No se necesita ser un “fuera de serie” para seguir la voz de Jesús, el Evangelio nos dice que llamó a los que quiso, pero gente sencilla, normal. Convendría que te detuvieras a pensar un poco a ver si te estás alejando del Señor porque piensas que tú no vales, que no tienes las cualidades que serían necesarias… Después de la experiencia de la JMJ en Madrid, si te has sentido tocado por el dedo de Dios, ¡adelante, da el paso, camina con nosotros! . Eso sí, lo que te puedo asegurar es que si te decides no tendrás tiempo para ti, has de gastarte y desgastarte en favor de los demás, sin renunciar a la Verdad, que te hará libre y a cuidar de cultivar la fraternidad, la comunión entre los hermanos.
Os invito a cuidar a los futuros sacerdotes, a pedir al Señor que fortalezca sus vocaciones y a no decaer en el empeño de favorecer el camino de los chicos y chicas que quieran seguir a Jesús para ser instrumentos de su paz. Con mis bendiciones,