Las hermanas auxiliares parroquiales celebraron 80 años de vida

La congregación de las Hermanas Auxiliares Parroquiales de Santa María, fundadas por el presbítero Rodolfo Carboni, celebró el pasado fin de semana su 80º aniversario con una misa en la parroquia Santa Rosa de Lima que presidió monseñor Oscar Vicente Ojea, obispo de San Isidro, y que contó con la asistencia del obispo emérito de Quilmes, monseñor Luis Teodorico Stöckler.

La comunidad religiosa de Buenos Aires y alrededores se vio acompañada en la jornada de júbilo por el párroco, presbítero Alberto Sorace, y los sacerdotes Ignacio García Mata SJ, Ángel Bártolo, Ricardo Ochoa, Fabián Esparafita y César Femia. El padre Femia, recientemente ordenado, participó de joven en las actividades de esta parroquia, donde sus padres militaban en la Acción Católica.

Entre las salutaciones y adhesiones, se destacó el mensaje enviado por el papa Francisco, quien expresó: “Muchas gracias por su correo del pasado 8. Me uno a la acción de gracias de todas ustedes y el 17 estaré muy cercano. Que el Señor les retribuya abundantemente todo el bien que han hecho y hacen a la Iglesia. Y, por favor, no se olviden de rezar por mí. Que Jesús las bendiga y la Virgen Santa las cuide”.

Monseñor Stöckler tuvo a su cargo la homilía, en la que refirió que el carisma y la misión de las hermanas auxiliares se adelantó muchos años antes a las formas de vida consagrada de hombres y mujeres en medio del pueblo fiel que promovió más tarde el Concilio Vaticano II.

El obispo emérito de Quilmes hizo hincapié en la frescura de una vida sencilla al estilo de Jesús y el Evangelio, y en el valor del sacerdocio común de los bautizados. Subrayó que las hermanas, por su carisma, tienen la vocación de ofrecerse por los sacerdotes, de identificarse con Jesús Sacerdote para entregarse en favor de los ministros sagrados y colaborar en las parroquias en la liturgia, la transmisión de la Palabra, las actividades pastorales y el servicio a los hermanos más pobres, incluso desde las misiones ad-gentes.

Al concluir, monseñor Stöckler expresó que las hermanas auxiliares no deben desaparecer: "Chicas, mujeres jóvenes ¡anímense!".

Entre las ofrendas llevadas al altar, las religiosas presentaron un cuadro del padre Rodoldo Carboni y de la hermana Lucía Gil Elizalde, promotores de este instituto de vida consagrada.

En la acción de gracias, la superiora general, hermana Mónica Dolzani, hizo memoria agradecida de las “maravillas” que el Señor obró en cada religiosa de la comunidad y de las misiones encomendadas, y reafirmó la misión de continuar tras los pasos de Cristo Sacerdote.

“Celebramos estos 80 años con un corazón agradecido, en comunión con el padre Carboni, la hermana Lucía y las hermanas que nos preceden en el Cielo. Celebramos estos 80 años con cada comunidad donde servimos sintiendo aún el ardor en nosotras de aquel espíritu fundacional que perdura en el tiempo”, afirmó la superiora.+