Fraternidad sacerdotal Iesus Caritas realiza Mes de Nazaret inspirado en la vida de Carlos de Foucauld
Thu, 20 Feb 2014 03:01:00
Comunicaciones Iglesia de Santiago.
Diez sacerdotes diocesanos, reunidos en la localidad de San Miguel, renuevan su vocación misionera mediante el estudio, el trabajo, la adoración y el silencio.
Mientras allá afuera los sacerdotes de la fraternidad cortan la leña, el padre Fernando Tapia ofrece unos minutos para contar de qué se trata el Mes de Nazaret.
“Todos los días, por la mañana, hacemos una adoración al Santísimo, después hay un tiempo de estudio, luego aseo de la casa, trabajos manuales en la tarde; y esta semana tenemos un retiro en silencio, con dos meditaciones diarias”, cuenta, desde la localidad de San Miguel, en la séptima región, el Director del Departamento de Espiritualidad del Arzobispado de Santiago.
El Mes de Nazaret es una experiencia clave en la formación de los sacerdotes pertenecientes a la Fraternidad Iesus Caritas, que se inspira en el Beato Carlos de Foucauld, un hombre que vivió una conversión profunda a Dios a los 28 años, después de una vida un tanto turbada.
En un clima de fraternidad y alegría, diez sacerdotes diocesanos están compartiendo esta experiencia, provenientes de distintos puntos del país y de Mendoza, Daniel Caballero y Enio Chaile. De las islas de Chiloé vino Arturo Mansilla. De la diócesis de Melipilla los presbíteros Pedro Salgado, Armando Vergara y Osvaldo Caro. De Santiago, Manuel Pino, Juan Agustín Tapia y Fernando Tapia. De Caldera, el presbítero Juan Barraza. Alternan la oración, con el estudio, el trabajo manual y las celebraciones dominicales en las comunidades cristianas de los alrededores.
Carlos de Foucauld (Estrasburgo, 15 de septiembre de 1858 — Tamanrasset, 1 de diciembre de 1916) fue un místico contemplativo de fines del siglo XIX y principios del siglo XX, referente contemporáneo de la llamada «espiritualidad del desierto». Su personalidad inquieta y multifacética manifestó una variedad de matices, primero en su carácter de militar en Argelia y de explorador y geógrafo en Marruecos, y más tarde en su búsqueda espiritual, en su itinerario trapense por Francia y el Imperio otomano, y en su sacerdocio en el Sahara argelino, donde transcurrieron los últimos quince años de su vida.
El Mes de Nazaret intenta ser una profundización teórica y práctica de su espiritualidad, marcada por la adoración eucarística diaria, la meditación asidua del Evangelio, la búsqueda del último lugar y el compartir la vida con los más pobres, viviendo con sencillez y austeridad, haciéndose hermano de todos, hermano universal.
“Para los que pertenecemos a esta fraternidad”, dice el padre Tapia, “significa un momento de renovación personal, de mayor acercamiento a Dios y de volver con renovado entusiasmo a la misión pastoral que el querido Papa Francisco está impulsando hoy en nuestra Iglesia”, concluye.
