La JMJ ¡qué gasto!

Gracias a Dios, medios de comunicación grandes y pequeños ya se han ocupado de desmentir tamaño despropósito y proporcionar cifras que hablan del coste cero para todos, de las subvenciones, de las inscripciones, de las donaciones y sobre todo de los beneficios considerables…

No es mi pretensión entrar en polémica a través de este artículo, más bien al contrario, yo defiendo la postura de que sí, por supuesto que ha habido un gasto importante, descomunal diría yo, en la Jornada Mundial de la Juventud… un gasto en tiempo regalado increíble, un gasto en disponibilidad absoluta sin parangón, un gasto en gestos de amabilidad que no tiene precio, … si, hay quien se ha gastado y desgastado en esta jornada, y mucho.

El martes 16me hablaba una compañera periodista del guirigay que se montó en el Palacio de Congresos a la hora de entregar las acreditaciones. Los responsables de las mismas se habían visto desbordados por la avalancha de medios de comunicación y no daban abasto para entregarlas a tiempo. Ella misma razonaba que no podía enfadarse con ellos, que llevaban horas allí de pie intentando hacer su trabajo lo mejor posible, sin comer, haciendo turnos para ir al baño… eran voluntarios… ella misma actúa como voluntaria y había ido a buscar las acreditaciones para sus compañeros, después de haberse acostado a las 3 de la madrugada atendiendo a un medio de comunicación que quería entrevistar a un grupo alojado en un colegio de la Diócesis.

Sólo el que ha sido capaz de sacrificarse alguna vez por otro, conoce el valor del sacrificio.

Mi hermana pequeña embarazada de tres meses, dice que no va a dejar de realizar su trabajo de voluntaria. Incluso yo misma le he echado la bronca y le he pedido que se quede en casa, porque le puede dar un golpe de calor, cansarse, deshidratarse, pero su sentido del compromiso y solidaridad ha podido más. Ella ha participado ya en varias JMJ en otros países, Australia la última, y conoce el valor de la acogida, la entrega desinteresada, y la donación. Ahora le toca a ella hacer lo mismo por otros. Se cuidará pero no por ello va a dejar de colaborar.

También hay quien tiene que dormir fuera, dejar sus hogares para abrir y cerrar los Colegios en los que pernoctan los miles de peregrinos que han llegado a nuestra Diócesis, a veces son personas casadas, y tienen que contar con la comprensión de sus cónyuges, que participan también de manera activa y con mucha comprensión de la acogida.

Mis amigas se han ofrecido para dar desayunos y cenas, así que tendrán que madrugar y mucho –algunas han pedido vacaciones- para ir a colegios, polideportivos y parroquias…

Otros se ofrecieron para ir a buscar en sus coches a obispos y sacerdotes o misioneros al aeropuerto sin tener en cuenta la hora a la que llegaban, no importaba si había que dormir allí; hay matrimonios que se trasladaron desde Alcorcón hasta Ávila para organizar a los peregrinos que llegaban allí dejando a sus 6 hijos al cuidado de la hermana mayor de 15 años….quien ha ofrecido sus casas,… en fin…sería muy largo contar aquí las personas que han gastado su vida entera estos días para que todo salga bien en la JMJ, creo que rellenaría varios folios; yo he hablado de personas cercanas y experiencias cotidianas que seguro todos compartimos…pero son muchos, muchísimos los que se han gastado y desgastado en esta JMJ, los que se han gastado y desgastado porque han visto en el peregrino que llega al mismo Cristo… y, que quieren que les diga… ¡qué viva el gasto de la JMJ!