Soraya Sáenz de Santamaría viaja el lunes el Vaticano para concetar la visita del Papa a Ávila el año próximo

Según informa Lius Ayllon en el diario ABC, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, viajará el lunes, día 15, a Roma, con el objetivo fundamental de tratar de cerrar una visita del Papa Francisco a España en el año 2015. La «número dos» del Ejecutivo de Mariano Rajoy tiene marcada en su agenda un encuentro con el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado de la Santa Sede. Uno de los asuntos centrales que lleva en su agenda la vicepresidenta es intentar alcanzar el compromiso de la Santa Sede de que el Papa Francisco vendrá a España el año próximo, con motivo de las celebraciones del V centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús.

Recientemente, el Santo Padre dejó abierta la puerta a la realización de un rápido viaje a nuestro país, cuando fue preguntado por los periodistas a bordo del avión que le conducía de regreso a España, tras su visita pastoral a Corea del Sur. Entonces, señaló que había recibido la invitación de los Reyes y que, aunque no estaba decidido, existía la posibilidad de que tuviera lugar la visita. En concreto, apuntó, que podría consistir en ir por la mañana a Ávila y Alba de Tormes y regresar a primera hora de la tarde. Algún medio ha precisado que el viaje podría tener lugar en la mañana del 28 de marzo, fecha del nacimiento de la santa, pero no ha habido confirmación ni por el Vaticano ni por el Gobierno español.

La visita de la vicepresidenta se produce después de algunos cambios relevantes en el Episcopado español y de que esté en el horizonte el posible relevo del arzobispo de Barcelona, el cardenal Lluis Martínez Sistach. Al Ejecutivo no le han gustado las actitudes de algunos obispos catalanes, como el de Solsona, Xavier Novell, que llamó a los fieles de su diócesis a votar en la consulta independentista. Por su parte, el cardenal Parolin tendría interés en conocer los planes del Ejecutivo con respecto a asuntos como la estancada ley del aborto, y podría expresar su sorpresa por el hecho de que la enseñanza de la Religión haya quedado fuera del Bachillerato, lo que el Vaticano considera contrario a los acuerdos de España con la Santa Sede.