Unos 600 expertos, procedentes de todo el mundo, que trabajan en grandes hospitales o centros de salud rurales, se reunirán del 15 al 17 de noviembre en el Vaticano en un congreso internacional del Consejo Pontificio para la Salud, dedicado al tema del hospital como «lugar de evangelización». Uno de los temas a abordar será el fenómeno de los abortos que se practican en hospitales católicos, con frecuencia por «presión política».
Las entidades de salud católicas constituyen una enorme red en el mundo gracias a las cerca de 120.000 instituciones, según las estimaciones de la Santa Sede. «Hay situaciones lamentables», ha denunciado el sacerdote italiano Augusto Chendi, subsecretario del Consejo Pontificio al presentar la iniciativa. «Nos los señalan (abortos) y de acuerdo con la Congregación para la Fe, tratamos de encontrar una solución adecuada», ha explicado .
Para el presidente del llamado ministerio de Salud de la Santa Sede, monseñor Zygmunt Zimowski, las autoridades civiles de algunos países hacen «presiones políticas» para que en los hospitales católicos practiquen abortos, lo que es contrario a los principios católicos. «Los problemas son numerosos y afectan la vida humana desde la concepción hasta su término natural», recordó por su parte el religioso africano Jean-Marie Mupendawatu.
Entre los problemas más frecuentes que los católicos deben enfrentar figuran, según el religioso, el aborto, la limitación de nacimientos, el diagnóstico prenatal, el respeto a la vida de aquellos con deformaciones, la tercera edad, la fecundación artificial. «Falta una orientación ética, reciben consejos aberrantes», ha lamentado. «Es el hospital el que está enfermo», ha dicho al solicitar que se cure no solo a la persona enferma sino también al centro de salud como tal por las acciones que comete
