San Sebastián/ESPAÑA.- La subida a Aranzazu que, bajo el lema “Busca la paz y corre tras ella”, se realiza este próximo sábado 31 de marzo. La marcha partirá sobre las nueve de la mañana de Oñati y finalizará en el Santuario de Arantzazu, con un acto de oración y un mensaje del Obispo de San Sebastián.
El Obispo de San Sebastián, monseñor José Ignacio Munilla, ha llamado a todos los guipuzcoano a participar en la marcha y ha subrayado que “sólo si volvemos a poner a Dios en el centro de nuestras vidas seremos capaces de alcanzar la paz y recuperar la esencia y la dignidad del ser humano”.
Como ya es habitual, 165 altavoces repartidos por todo el recorrido permitirán a los participantes hacer el camino orando, cantando y escuchando pasajes y reflexiones del Evangelio.
Este año también habrá autobuses hasta Oñati. Los interesados pueden informarse en las parroquias de sus localidades. El último día para apuntarse a los autobuses es el 29 de marzo.
Horarios: la marcha partirá a las 09:00 horas y finalizará sobre las 13:00 horas.
Los autobuses de vuelta saldrán 15 minutos después de terminar el acto, desde la misma explanada del Santuario. También habrá autobuses lanzadera a Oñati, para los que se desplacen en sus vehículos particulares.
Cierre de la carretera del Santuario: a las 08:30 horas (se abrirá al paso de la marcha)
Para quienes no puedan subir a pie, podrán hacerlo en los autobuses que saldrán al final de la marcha.
Como asistencia, los Servicios Públicos que cubrirán todo el recorrido serán los puestos de la Cruz Roja y otros servicios pertinentes. En este sentido, la Cruz Roja recomienda ir desayunados y con calzado cómodo.
Misa y comida en las Campas de Urbia
La pastoral juvenil ha hecho un llamamiento especial a los jóvenes para que participen en la subida a Arantzazu y para que se sumen al programa que han preparado para después.
Tras el acto final de la subida a Arantzazu, los jóvenes de la diócesis de San Sebastián subirán a las campas de Urbia, y allí asistirán a Misa y comerán junto con el Obispo de San Sebastián, monseñor José Ignacio Munilla