Mensajes Enredados es una iniciativa que pretende, en un contexto como el actual tan marcado por la injusticia y la incertidumbre, ser un gesto ante la sociedad que sensibilice y comprometa en favor de la justicia y la solidaridad. El nombre completo de la iniciativa, que nace de la Comunidad Cristiana Escolapia, es “Mensajes Enredados para [sencillamente] transformar la realidad” y está abierta a la participación de todas aquellas personas y entidades que compartan los objetivos y la metodología de este gesto.
Hace unas semanas se ha iniciado un gesto social que pretende concienciar y movilizar la solidaridad mediante la creación de una red de mensajeros que vayan transmitiendo personal y mensualmente una información con una acción significativa. El mensaje de este mes hace referencia a las muchísimas personas de nuestro mundo que viven con menos de un euro al mes y nos invita a participar en la experiencia de intentar hacerlo cada uno de nosotros durante un día.
Jon Ander Zarate, coordinador de Pastoral del colegio Escolapios de Bilbao, explica que quieren crear una red de personas mensajeras que a través de mensajes sencillos y actos comunes “demos un pasito más para mejorar esta situación. Necesitamos –añade- que seáis mensajeros y mensajeras, de solidaridad, de palabras y de acciones que transformen nuestra realidad. No podemos seguir mucho más tiempo viendo como van aumentando las injusticias alrededor nuestro y continuamos resignados, limitándonos a criticar o a quejarnos en nuestro entorno cercano”.
Con esta iniciativa sus promotores quieren hacer algo conjunto, común, comunitario, porque además de todas las acciones y gestos que diariamente de forma individual realiza cada persona, “pensamos que es fundamental el gesto colectivo”. Si algo transforma, cambia y avanza es el grupo y la unidad en torno a una misma idea, “las acciones proféticas individuales son necesarias, pero sólo tienen sentido y futuro cuando son capaces de reunir a un colectivo alrededor de esa idea. Por eso queremos ser muchos y necesitamos muchos mensajeros y mensajeras”.
Al pasar el mensaje directamente y personalmente a las otras personas, cada transmisor añade su carga personal afectiva, “no podemos trasmitimos un documento neutro, sino que tenemos que ser capaces de contagiar enfado, frustración, solidaridad, responsabilidad, indignación, etc. Contagiando estos sentimientos seguro que la acción propuesta también tendrá más éxito, por eso os pedimos que os impliquéis afectivamente en la transmisión”
La acción es sencilla: Se elige a personas conocidas, que no sean mensajeras ni pertenezcan a entidades participantes, y a las que a primeros de mes se les entrega directamente un mensaje. “Es importante –explican- mantener esa acción y con las mismas personas a lo largo de los meses. También a ellas se les puede invitar a que a su vez se conviertan en personas mensajeras. Este mensaje tiene un lema, una breve reflexión sobre dicho tema y una propuesta de acción. El mensaje lo enviará cada responsable de la entidad mensajera el primer lunes de mes y a partir de entonces ya os toca a vosotros”.
