Toro/ESPAÑA.- Centenares de toresanos participaron ayer, ataviados a la antigua usanza, en la celebración de la fiesta de la patrona de Toro y su Alfoz, la Virgen del Canto. Pasaban pocos minutos de las once de la mañana cuando la comitiva oficial, integrada por el alcalde, Jesús Sedano, concejales de la Corporación Municipal bajo mazas, la reina y las damas de las fiestas y numerosos ciudadanos, acompañados por la Banda de Música «La Lira», partía del Ayuntamiento de Toro para completar el recorrido hasta la ermita de la patrona.
Como manda la tradición, las mujeres lucieron, con suma elegancia, vestidos de viuda rica y labradora, así como otros trajes regionales, mientras que otras optaron por la sencillez de la mantilla y la peineta o vistosos mantones, mientras que los hombres desfilaron en la comitiva ataviados con capa castellana y sombrero. Al son que marcó un tamborilero, la comitiva completó el recorrido hasta la ermita de la patrona en la que tuvo lugar la ofrenda floral, con la que los toresanos rinden honores a la venerada imagen.
De forma ordenada, los ciudadanos entregaron a responsables de la cofradía numerosos y vistosos ramos de flores que fueron colocados en el camarín que alberga la imagen de la patrona. Una vez concluida la ofrenda floral, los mayordomos y mayordomas de la cofradía, así como numerosos ciudadanos accedieron al interior de la ermita para participar en la eucaristía aunque, por las reducidas dimensiones del templo, decenas de toresanos decidieron escuchar la ceremonia religiosa desde el pórtico, dotado con un sistema de megafonía.
Una decena de sacerdotes concelebraron la misa de fiesta que fue oficiada por el párroco local, Roberto Castaño. Bajo un respetuoso silencio, los toresanos siguieron esta eucaristía y durante la homilía, Castaño destacó que la ermita de la Patrona se convirtió, un año más «en el corazón de la ciudad». Además, el párroco calificó de «curioso» que la venerada imagen haya «cuajado» en los corazones de los toresanos entre los que despierta un inmenso cariño. Resaltó Castaño que a la Patrona «se la quiere y así se siente en las calles, las casas y las personas», porque «el pueblo de Toro quiere profundamente a la Virgen del Canto». El párroco local también recordó en su homilía a todos los toresanos que, en la festividad de su Patrona, se encuentran lejos de Toro, pero que el 8 de septiembre «se acuerdan de la Virgen y echan de menos sus raíces».
Además, Castaño agradeció a la Virgen del Canto «sus desvelos y cuidados» porque, como destacó, muchos toresanos acuden a la ermita «llorando y han salido felices porque se han sentido queridos y porque su oración ha sido escuchada». Castaño cerró su homilía recordando a los toresanos que la venerada imagen puede ser visitada los 365 días del año, a la vez que pidió a la Patrona que «nos de luz para descubrir la fraternidad y nos ayude en estos momentos difíciles que estamos atravesando».
Una vez concluida la eucaristía, los participantes en el desfile regresaron de nuevo hasta la Plaza Mayor de Toro donde numerosas personas esperaban la llegada de la comitiva. La Banda Municipal de Música «La Lira» cerró los actos organizados ayer para celebrar la festividad de la patrona con un concierto que, por la tarde, ofreció en la Plaza Mayor. Tras la actuación de la agrupación musical, los toresanos despidieron la jornada con una gran traca fin de fiestas.
