Caravaca de la Cruz/ESPAÑA.- El Obispo de la Diócesis, Mons. José Manuel Lorca Plantes, presidió las celebraciones de la Festividad de la Exaltación de la Vera Cruz. Cientos de fieles participaron en la Eucaristía y en la posterior procesión alrededor de la muralla del Castillo con las que se ponía el broche final al Solemne Quinario celebrado durante los últimos días en la Basílica Santuario de la Vera Cruz.
El tañido de las campanas de las Iglesias de la localidad ya anunciaba de buena mañana que la Ciudad de la Cruz se disponía a vivir con intensidad esta jornada festiva. La Vera Cruz quedó expuesta en su capilla después de la Misa de la mañana y se realizaron turnos de vela en los que participaron los hermanos cofrades. Ya por la tarde, el sonido de la banda de música y el estallido de los cohetes rubricaban que Caravaca se rendía a los pies de la Sagrada Reliquia.
Mons. Lorca Planes fue recibido a las puertas de la basílica por el Hermano Mayor de la Cofradía de la Vera Cruz, D. Pedro Pozo, y el alcalde de Caravaca, D. Domingo Aranda. Mientras tanto cientos de cofrades abarrotaban el interior del templo. Entre las autoridades que participaron en la ceremonia se encontraba el nuevo director de la Academia General del Aire, el coronel Emilio Juan Gracia, junto al capitán de la Guardia Civil Luis Belda, y el Oficial Jefe de la Policía Local, Jesús Fernández. Concejales de los grupos políticos con representación municipal así como miembros de la Judicatura también estuvieron presentes en las celebraciones.
La Eucaristía presidida por el Obispo, fue concelebrada por el vicario de la zona Caravaca-Mula, D. Jesús Aguilar; por el superior de los Padres Carmelitas, D. Juan Serrano, y por varios sacerdotes. Durante la homilía, Mons. Lorca Planes, recordó las palabras de Santa Teresa, "Quien a Dios tiene, nada le falta" y animó a todos a afrontar con este espíritu las dificultades que se presentan, a diario, "vosotros lo tenéis fácil, basta mirar a la Cruz de Cristo". El Obispo también se refirió al Año de la Fe proclamado por el Papa Benedicto XVI, cuya inauguración tendrá lugar el próximo 11 de octubre, coincidiendo con el 50 aniversario de la apertura del concilio Vaticano II.
Durante la Eucaristía se procedió a imponer la cruz de hermano cofrade a más de un centenar de fieles, algunos llegados de otras localidades de la región y desde otras comunidades autónomas. Cada vez son más los fieles de otras Diócesis españolas que solicitan ser 'hermanos de la Cruz'. Al finalizar la Eucaristía, dio comienzo la procesión que se inició en el interior del Templo, con la Vera Cruz bajo palio y custodiada por varios componentes de la compañía de Armaos. Los representantes de las kábilas moras, los grupos cristianos y las peñas caballistas, portando sus banderas y estandartes, se incorporaron al cortejo procesional que recorrió la parte externa de las murallas que rodean la Basílica.
Al regresar al interior de la explanada se realizó el ritual de la Bendición de los Campos, derramando la protección de la Sagrada Reliquia hace los cuatros puntos cardinales desde varios puntos de la muralla. Mientras la Vera Cruz regresaba a la Basílica un pequeño castillo de fuegos artificiales recordaba a toda la población la festividad de su Patrona. Mons. Lorca Planes, emocionado, antes de ofrecer la bendición a los fieles que aguardaban en el interior del templo, afirmó haber vivido un momento muy especial durante la procesión, "os ha tenido muy presentes a todos, a los que sufrís por falta de trabajo, a las familias, a los enfermos…". Los besos de adoración de los cofrades sobre la Sagrada Reliquia puso el punto final a una jornada marcada por la emoción y el recogimiento.
