Ciudad Real/ESPAÑA.- El nuevo templo de San Juan Bautista contó con la participación de cientos de fieles y sacerdotes el día de su bendición. Con esta edificación, la parroquia de San Juan Bautista, erigida en el año 2000, cuenta ya con un lugar digno para la celebración de los sacramentos, la catequesis y las diversas actividades parroquiales
23 de junio, víspera de la celebración de la Natividad de San Juan Bautista, el obispo de Ciudad Real, Antonio Algora, bendecía un templo esperado durante catorce años.
En el año 2000, el anterior obispo de la Diócesis de Ciudad Real, Rafael Torija, erigía la parroquia de San Juan Bautista en la capital manchega. Desde entonces la comunidad, que carecía de templo, ha realizado las distintas actividades parroquiales y celebraciones entre el centro social del barrio de La Granja, donde se ubica la parroquia, y el Monasterio de las Madres Dominicas.
Y fue ayer, tras doce meses de obras y catorce años de espera, cuando el obispo podía bendecir el nuevo edificio y consagrar el altar de la iglesia. Antes de esto, y ya dentro de la celebración, Alberto Ibáñez Bollada, arquitecto de la obra e Irene Barahona, representante de la empresa constructora, hicieron entrega simbólica al obispo del edificio.
Cientos de fieles y decenas de sacerdotes llenaron el templo para su bendición. Además, el obispo, como se hace en todos los nuevos altares, ungió y consagró el altar, que contiene en el ara las reliquias del obispo mártir beato Narciso Estenaga y su secretario, beato Julio Melgar. Durante la homilía, el obispo Antonio Algora mostró su alegría por el término de la obra, agradeciendo a Dios su bondad y amor: «Bondad y amor que, curiosamente, sólo perciben los que caminan de todo corazón en su presencia. Y es que en estos duros años de la espera, ha habido una comunidad parroquial -con gente de dentro y de fuera- que ha permanecido fiel en la presencia del Señor tanto aquí cerca en el salón de usos múltiples, que tiene en el barrio el Ayuntamiento, como en la iglesia del Monasterio de las MM. Dominicas».
demás, el obispo explicó el propósito de un templo nuevo en la ciudad: «Este es nuestro propósito que «día y noche» no falte, -no ha faltado pero hoy se hace más visible-, la presencia de Dios en el barrio, no falte la mirada de quien quiere vivir en este lugar y que va a estar dirigiendo a Dios Padre la oración del Cuerpo Místico de Cristo que es la Iglesia». Para concluir sus palabras, rezó en nombre de todos a la Virgen del Prado, pidiendo su ayuda para la nueva evangelización.
Tras la homilía, la dedicación y la unción del altar, todos los fieles entonaron las letanías, pidiendo a los santos su intercesión y ayuda en la parroquia. Al término de la Eucaristía, el obispo trasladó en procesión solemne el Santísimo al Sagrario, que ha quedado perfectamente integrado a un lado del templo, sirviendo a la vez de unión entre una capilla y el resto de la iglesia.
Para concluir, una representante del Consejo de Pastoral y el párroco agradecieron a Dios la nueva edificación, y a los fieles su ayuda y presencia en un templo que se llenará de piedras vivas, presencia de Cristo en el barrio de La Granja.
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