La Virgen de las Nieves colapsa Bulnes

Oviedo/ESPAÑA.- La localidad cabraliega de Bulnes se colapsó durante la mañana de ayer con la llegada de turistas, curiosos y cientos de vecinos de todos los concejos de la comarca. El pueblo celebraba el día grande en honor a la Virgen de las Nieves y los sacerdotes y seminaristas presentes superaban la decena. Presidió los actos religiosos José Antonio Menéndez, obispo auxiliar de Oviedo, quien celebró la eucaristía asistido por Adolfo Mariño Gutiérrez, vicario de Gijón y el Oriente; José María Hevia, canónigo de la catedral de Oviedo y presidente del Museo de la Iglesia, y Pedro Fernández, dinámico párroco de Cabrales. El funicular a Bulnes trabajó a destajo para acercar a la aldea a un número impresionante de romeros.

Los actos festivos se iniciaban cerca de las dos de la tarde y comenzaban con la bendición de un gigantesco ramo de pan artesanal por parte del obispo auxiliar. Para la bendición, las aldeanas que bailan el Corri Corri cantaron las doce estrofas que forman el centenario poemario local de la ofrenda de los panes. Seguidamente se formó una concurrida procesión que recorrió las caleyas centrales de Bulnes. Abrían la marcha una cruz y dos ciriales en manos de los niños Sofía Suárez, Aygul Noriega y Diego Suárez, y por detrás de ellos se presentaba la banda de gaitas Principado de la que formaban parte los gaiteros Manolín Vela, Vicente Trespalacios y Juan Oliver, además de los hermanos Gregorio y Victorino Trespalacios, ocupándose de la percusión del grupo.

Seguía el ramo de pan y la imagen de la Virgen de las Nieves, restaurada recientemente por la cabraliega Sara García. En las andas oficiaban como costaleros cuatro bulniegos: Serafín Pérez, Esteban Mier, Alberto Fernández y Rufino Campillo. Los sacerdotes y un elevado número de fieles cerraban el cortejo. La comitiva se detuvo ante el pórtico de la nueva capilla de la Virgen de las Nieves, que se levantó a lo largo del verano tras llevar más de 60 años en ruinas.

La procesión concluía a las puertas de la iglesia parroquial de San Martín y ante la imposibilidad de que el templo acogiera a tantos devotos, la misa de campaña se celebró en la explanada exterior.

Así es, la función religiosa, que era y resultó solemne, se desarrolló en un altar estratégicamente situado a la benéfica sombra de un tilo, un nogal y un fresno, tres árboles emblemáticos del entorno rural. La misa fue cantada por la Schola Cantorum de Llanes, dirigida por el sacerdote Luis Díaz García. La coral estuvo acompañada al órgano por Pilar Alonso y a la gaita por el joven Eneko Pérez. Entre la multitud de personas presentes en los actos religiosos se encontraban Carlos Puente y Francisco González, alcalde y teniente alcalde de Cabrales, respectivamente.

Plantación de un tejo

Aunque la homilía corrió a cargo del obispo auxiliar, que enumeró las bondades naturales de la zona, el párroco de Cabrales calificó la fiesta como «extraordinaria» y realizó un puntilloso repaso a las importantes obras realizadas en la capilla de las Nieves. Hasta ahora se recaudó el 30% de la inversión y Pedro Fernández no albergó dudas de que gracias a la colaboración de vecinos y visitantes se pueda devolver el préstamo en poco tiempo.

Los últimos momentos de la agotadora mañana se dedicaron a la subasta de los panes del ramo por parte del alcalde de Bulnes, Rufino Mier, y a la plantación de un tejo a la vera de la iglesia parroquial. Un elevado número de visitantes participó después en una comida campestre, circunstancia que convirtió a la escasa pradería de Bulnes en un pintoresco e improvisado restaurante.

Avanzada la tarde, las jóvenes cabraliegas Clara, Sara, Tania, María y Cristina, con Borja como bailín, trazaron bellísimas pinceladas folclóricas interpretando el Corri Corri.