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Portada:: Iglesia en España:: Conmemoraciones y eventos II:: Monseñor Mario Iceta: “El Señor permite y permitirá tus fracasos y tus humillaciones para que te cures”


CAMINEO.INFO.-




Monseñor Mario Iceta: “El Señor permite y permitirá tus fracasos y tus humillaciones para que te cures”

Fri, 19 Aug 2011 09:02:00
 
ANALISIS DIGITAL

CAMINEO.INFO.- Carlos González. La parroquia de San José (c/ Alcalá, 41) ha celebrado su segunda catequesis, presidida por el obispo de Bilbao, Mario Iceta, y con un templo abarrotado de peregrinos procedentes de Costa Rica, Brasil, Puerto Rico, Honduras, Guatemala, Ecuador, Argentina y España, entre otros.

A pocos metros de una Plaza de Cibeles rebosada de gente y de felicidad, la calle Alcalá, 41, se preparaba para algo grande. Cientos de peregrinos, acompañados de unas banderas que anuncian la majestuosidad de la tierra que les ha visto nacer, esperaban en las puertas de la Iglesia de San José para una catequesis que, en el marco de la Jornada Mundial de la Juventud, iba a ofrecerles el obispo de Bilbao.

“¿Cómo dices que se llama?”, le preguntaba una peregrina costarricense a un joven argentino que portaba la bandera de su país con la mayor sobriedad del mundo. “Mario Iceta y qué sé yo más… un segundo apellido un tanto peculiar…” Tal vez, la dificultad de pronunciar Gavicagogeascoa sin titubear una sola vez es un ejercicio de alto riesgo; sin embargo, merece la pena aprenderse de memoria dicho apellido si ello te permite tener la gracia de haber estado presente en el encuentro.

Con las banderas y los brazos ondeando al son del Espíritu Santo, los bancos no daban tregua a una sola plaza sin ocupar. Nuestra Señora del Carmen, custodia del retablo mayor y centro del nicho central de la fachada, se ha debido mostrar orgullosa ante tanta aclamación y ante tanto corazón abierto de par en par para Ella. La planta de cruz latina, la nave central y los dos laterales que dan forma a la parroquia estaban llenos de una fe que no conoce de kilómetros ni de lenguas de ningún tipo.

Tras los cantos armonizados y templadamente entonados por peregrinos procedentes de argentina, Monseñor Mario Iceta irrumpía en el templo bajo la ovación de todos los presentes. Él, con un rostro descubierto de felicidad, ha agradecido a todos los peregrinos su acogida y su presencia en esta calurosa mañana de jueves.

Aquí hemos venido a encontrarnos con Jesucristo

D. Mario ha comenzado su catequesis revelando los dos puntos fundamentales que responden al porqué de nuestra presencia en Madrid: “¿por qué estamos aquí?”, ha lanzado al aire en forma de pregunta. “Aquí no hemos venido a hacer turismo, aunque es cierto que es hermoso ver nuevos lugares. Pero aquí hemos venido a encontrarnos con una persona que vive, el viviente por excelencia: Jesucristo. Y queremos tener un encuentro personal con Él. El Señor le dice a Pedro y a los apóstoles: ‘¿quién dice la gente que soy yo?’ Hoy, si lo preguntamos, la gente dirá de todo. Pero Jesús te pregunta: ¿quién soy yo para ti? Y esa pregunta sólo se puede responder si tienes un encuentro personal con Él. Por eso, la finalidad fundamental de las Jornadas Mundiales de la Juventud es el encuentro personal con Jesús. Y cuando yo me encuentro con el Señor, ya soy capaz de mirar todo de un modo nuevo. Soy capaz de mirarme a mí con los ojos de Dios -que siempre son de misericordia-, de mirar a los demás y hacerlo como a alguien que el Señor me ha dado como hermanos. Y eso hay que pedírselo a Dios como una gracia. Como a Pedro –‘Bienaventurado tú, Hijo de Juan, porque eso te lo ha revelado mi Padre…’-, pidamos esta gracia: Señor, que yo me encuentre contigo y vea un horizonte nuevo en mi vida”.

La Iglesia no conoce fronteras porque la Iglesia es vuestra casa

Con el segundo punto, ha hecho referencia al detalle que, en tantas ocasiones, no percibimos, y que se traduce en el hecho de que no caminamos solos: “vivimos en una familia que no conoce fronteras. Muchos, para venir a España, hemos sacado pasaporte, visados, etc., pero la Iglesia no conoce fronteras porque la Iglesia es vuestra casa. Esto es nuestro, nos pertenece, es de la familia de los Hijos de Dios. La Iglesia no conoce de raza, cultura o lengua: somos todos uno. Por eso, cuando estamos en nuestra tierra, en nuestro pueblo, todo se nos estrecha… pero juntarnos todos aquí hace que pertenezcamos a una realidad más grande que lo que podamos imaginar”.

Tras unos momentos de sonrisas con los presentes, cuando les ha animado a “echarse una cabezadita, pero sin roncar, si están muy cansados”, ha abierto el Evangelio para hacer, de su catequesis, una enseñanza recíproca entre todos los presentes.

«En aquel tiempo, vio Jesús al pasar a un hombre llamado Mateo, sentado al mostrador de los impuestos, y le dijo: ’Sígueme’. Él se levantó y lo siguió. Y, estando en la mesa en casa de Mateo, muchos publicanos y pecadores, que habían acudido, se sentaron con Jesús y sus discípulos. Los fariseos, al verlo, preguntaron a los discípulos: ‘¿Cómo es que vuestro maestro come con publicanos y pecadores?’ Jesús lo oyó y dijo: ‘No tienen necesidad de médico los sanos, sino los enfermos. Andad, aprended lo que significa misericordia quiero y no sacrificios’: que no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores». Con esta lectura del Evangelio de San Mateo, pronunciada por un joven de El Salvador que se ha prestado voluntario para leer la Palabra, Monseñor Iceta ha preguntado si había alguien en el templo que no fuese pecador… “Es la vocación de Mateo, alguien considerado un pecador al que el Señor se le presenta y le dice: ‘Tú, sígueme’”.

“Señor, soy un pecador…” “Da igual: ven y sígueme’

“En la mañana de hoy, tenéis que sentir todos lo mismo que Mateo: ‘a ti te llamo’. Pero, Señor, si soy un pecador y un desastre, dirás tú… Da igual, ven y sígueme. Aquí vemos cómo Jesús va a comer con pecadores y dice: Yo no he venido a buscar a los sanos, sino a los enfermos, a llevar la misericordia a los pecadores, la salud, la vista, la libertad… ¿Os acordáis de las palabras de Isaías: ‘el espíritu de Dios está sobre mí’? Hoy se cumple esta palabra. Jesús te dice: ¡a ti te llamo!”.

Con un silencio majestuoso, que dejaba, incluso, escuchar claramente la voz del Espíritu Santo, ha presentado otro pasaje de la Biblia (Mateo 10, 29-34) esta vez leído por un joven puertoricense: Una gran multitud seguía a Jesús cuando él salía de Jericó con sus discípulos.30 Dos ciegos que estaban sentados junto al camino, al oír que pasaba Jesús, gritaron: «¡Señor, Hijo de David, ten compasión de nosotros! La multitud los reprendía para que se callaran, pero ellos gritaban con más fuerza: ¡Señor, Hijo de David, ten compasión de nosotros! Jesús se detuvo y los llamó. ¿Qué quieren que haga por ustedes? Señor, queremos recibir la vista. Jesús se compadeció de ellos y les tocó los ojos. Al instante recobraron la vista y lo siguieron». “¿En qué pueblo estaban estos ciegos?”, ha preguntado D. Mario a los presentes. “En Jericó”, responde un público que desprendía atención y alegría. “Jericó dice mucho. En la Escritura aparecen muchas veces Jerusalén y Jericó. ¿Os acordáis de la parábola del Buen Samaritano? Jericó significa ‘ciudad donde no está Dios’ y Jerusalén es ‘reino de la paz, donde está Dios’. ¿Qué es lo que ocurre cuando sales de Jerusalén a Jericó? El hombre salió apaleado y nadie tuvo misericordia de Dios… Tuvo que ser alguien que venía de Jerusalén. Esos dos ciegos estaban en la ciudad donde no está Dios, y no estaban en el camino, estaban al borde, y estaban sentados”.

“El que no ve”, ha señalado el obispo, “no puede caminar. El hombre sin luz está ciego y, por tanto, no sabe, no tiene un camino, no puede caminar y está postrado en el suelo. Éstos le dicen: Jesús, hijo de Dios, ten misericordia de nosotros… y el Señor le dice: ‘¿Qué quieres?’ Hoy, nosotros le tenemos que pedir al Señor, como ellos, y decir: que pueda ver, que vea de un modo nuevo… Los que estaban alrededor les desanimaban: ‘¡dejad al maestro en paz!’ Y gritaban más fuerte los que querían seguirle… Hoy, nosotros le pedimos ver a Jesús, y muchos se ríen y quieren que sigamos ciegos… ‘Señor, que veamos’, y el Señor les da la vista, la capacidad de ver de un modo nuevo y comenzaron a seguirle. El encuentro con Jesús nos convierte en discípulos, en seguidores. Y queremos aprender de Él. Y por eso estamos aquí”.



El obispo: un siervo inútil

Dicen que la misericordia y la humildad son las señas de identidad de todo aquél que quiera seguir a Jesucristo. Monseñor Iceta, ha recordado a todos los peregrinos que no están escuchando a un obispo: “yo sólo soy un siervo inútil por el que Dios se sirve. Hoy tenemos que decir: Señor, ayúdame, quiero acompañarte en el camino. ¡Cuántos jóvenes de hoy, con ganas de construir una vida hermosa, se ven desorientados y no son capaces de ver…! Y muchos nos incitan a anestesiar el dolor, pero el Señor te dice: ‘Yo te voy a sanar tu dolor, a devolverte la esperanza; ven y sígueme’. Ojalá hoy todos lo sintamos: ‘Ven conmigo, yo voy contigo todos los días, aunque a veces no me veas o no me sientas… yo estoy contigo hasta el fin del mundo’.

Haciendo alusión a San Agustín, ha recordado que “quien quiera vivir, tiene dónde vivir, que es en la comunión de la Iglesia, con el Señor y los hermanos, que no rehúya de los demás, que acompañe al Señor. Y eso es a lo que el Señor nos llama hoy.

Las dificultades para seguir al Señor

Lo primero es pensar que no es posible. “Hay dos modos de vivir: el de aquellos que no se quieren arriesgar y se conforman con lo políticamente correcto, y abrirse a la novedad de Dios –que es lo más hermoso-. No hay nada más conservador que tener uno ya sus propios planes cerraos para su vida, y no hay nada mas fresco que estar abierto a lo que Dios me ponga por delante. No cierres tu vida a tus planes porque serán cortos y poco para ti. Pregúntale: ¿Señor, que quieres?, ¿cuál es el plan inmenso para mi vida?

Vosotros sois jóvenes, pero cuando pregunto a los mayores qué pensaban de cómo iba a ser su vida con 20 años y ahora con 60, todos coinciden en decir que jamás lo imaginaban. La vida te lleva por otros derroteros. Yo, con vuestra edad, no pensaba en ser sacerdote, y mirad ahora… ¡de obispo! Pues aquí estamos, Señor, para lo que tú quieras. La vida es apasionante cuando tienes a Dios”.

La segunda dificultad es querer construir sobre uno mismo. Un joven argentino ha leído un texto de San Juan donde ha recordado la escena de la traición de Pedro con Jesús. “Yo os invito”, ha acentuado el obispo, “a hacer la experiencia que hizo Pedro. Pedro era un hombre de corazón grande y noble. Quería al Señor de verdad, lo amaba, pero se fiaba de sí mismo. De hecho, cuántas veces antes de la Pasión les dijo a los apóstoles que iba a ser juzgado, crucificado, iba a resucitar… y Pedro siempre se rebelaba contra esto… ‘Tú eres el Mesías, y tú vendrás a instalar tu Reino en este mundo’. ‘Apártate, Satanás, que piensas como los hombres’, le llegó a decir Jesús. ‘Pedro, antes de que canto el gallo, me negarás tres veces’. Eso es imposible, decía Pedro. Y 24 horas después, Pedro le niega ante una criada. ¿Cuál es el problema de Pedro? Que Pedro construye sobre sí mismo. En sus seguridades, en su poder, en su vehemencia… De hecho, cuando vienen a prender al Señor, defiende a Jesús y le corta la oreja a Malco. Y Jesús le dice que sigue sin entender nada. Pero construye sobre sí mismo, y Jesús le dice que, en el fondo, le niega. ¿Qué tuvo que hace el Señor para convertir a Pedro? Derribarle y humillarle para sanar su herida… Cantó el gallo, Pedro se dio cuenta y el Señor lo miró… ‘He vendido a mi maestro, a mi amigo’. Y cuando crucifican al Señor y no entendía nada, Pedro se va a pescar. El Señor permite y permitirá tus fracasos y tus humillaciones para que te cures”.

Cuando el hombre pierde el apetito de Dios está muy enfermo

El apetito más profundo del hombre es el hambre de Dios. Con el ejemplo de un niño pequeño que pierde el apetito y muestra su enfermedad, ha asegurado que “cuando el hombre pierde el apetito de Dios está muy enfermo, porque es su apetito fundamental… ¡cuántos hombres de hoy que no tiene hambre de Dios! Uno, cuando se plantea la vocación, ha de decir al Señor: ¿cuál es mi camino? Lo que Dios quiera debe ser… y, generalmente, nos sale una pregunta: Señor, ¿te seré fiel toda mi vida? El Señor no te pide eso. ¡Él va a ser el fiel! ‘No sois vosotros lo que me habéis elegido, soy yo el que os he elegido’, nos dice el Señor. Nadie puede seguir al Señor si no ha sido elegido”.

No se comienza a ser cristiano por una decisión ética, sino por un encuentro con Cristo

La vocación es, ante todo, elección de Dios. “Por ello, tenemos que preguntarle: ¿cuál es tu voluntad?”. Para concluir, vamos a dar gracias a Dios y vamos a pedirle que sigamos esa llamada, y vamos a ser generosos. Tenemos delante nuestra dos modos de vivir: el modo de la mediocridad, de lo políticamente correcto, de lo que deja el corazón vacio, o tenemos la posibilidad de la vida pero no por tus cualidades sino porque alguien te llama, porque alguien es fiel. Por tanto, podemos construir sobre arena o sobre roca (vino el huracán, el oleaje, las tempestades, y no pudieron sobre la casa porque estaba edificada sobre roca, sobre Cristo)”.

Con la esperanza de los que creen con los ojos cerrados, ha manifestado el deseo de que estos días “tengamos la gracia de encontrarnos con el Señor. No se comienza a ser cristiano por una decisión ética, sino por un encuentro con Cristo. No se es más cristiano por saber más, sino que se comienza a ser cristiano con el encuentro con Jesús, que transforma la vida, la direcciona hasta un punto concreto y la lleva a un horizonte nuevo. Pidamos esta gracia para los que no están aquí, por los que no la quieren, para que tengan ese encuentro personal con el Señor que nos transforma la vida y la hace grande, brillante aunque nos salgamos en ningún sitio, pero la vivimos con alegría. Pido por vosotros, por el Papa y por toda la juventud del mundo, para que podamos construir un mundo nuevo a partir de este encuentro con el Señor”.







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30-08-2011, EL SEÑOR PERMITE Y PERMITIRA TUS FRACASOS

Hola: Me a gustado la catequesis del obispo de Bilbao en Madrid, gracias y viva la juventud, que DIOS los BENDIGA, agur.

FRANCISCO GARCIA MEAVE

pantxirama@hotmail.com


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