El profesor Alberto Bárcena resalta la impronta de los religiosos para construir Europa

Del 11 al 13 de julio se celebrará en el Valle de los Caídos un encuentro con el título “El monacato benedictino y la cristianización de Europa”.Participan ponentes nacionales y extranjeros, y lo clausurará el cardenal Rouco el 13 de julio. A continuación, texto de Alberto Bárcena, profesor del CEU y responsable de Cultura de la Fundación Foro san Benito de Europa, una de las instituciones organizadoras.

“La importancia del monacato en la construcción de Europa fue trascendental. Empezando por la evangelización del Continente que a la caída del Imperio Romano era todavía incompleta a pesar de que hubiese abrazado el Cristianismo oficialmente desde el emperador Teodosio. Las regiones que no llegaron a formar parte del Imperio seguían siendo paganas, pero además los pueblos germanos que lo invadieron no siempre eran cristianos y en ciertos casos, como el de los godos, habían abrazado la herejía arriana. En aquel mundo convulso peligraba incluso la unidad espiritual que Roma había logrado en los últimos siglos y con ella todo el legado cultural del mundo clásico. Aquellos tiempos de profunda crisis fueron los de San Benito de Nursia cuya labor fue realmente decisiva para preservar y extender la mejor herencia del mundo que acababa de venirse abajo. Hablando de la labor de los monjes, Benedicto XVI empleó la palabra como resumen de lo que significó su presencia para los pueblos de Europa. Unos pueblos que recibieron de los monasterios una influencia moral, espiritual y cultural que les abría hacia Dios en la búsqueda del bien común y, preservando su cultura, preparaba la plenitud de la Edad Media que alumbraría las primeras universidades, el románico y el gótico.

Modelo de vida y civilización

Hoy, como en los tiempos de San Benito, Europa sufre una crisis de identidad que amenaza su propia esencia. Juan Pablo II, en Santiago de Compostela, la llamaba a ser “ella misma”. Estaba hablando ya de la nueva evangelización que se mostraba como una necesidad prioritaria para las sociedades europeas que, asoladas por la dictadura del relativismo, perdían sus propias raíces y con ellas sus mejores conquistas. Los últimos papas han insistido en la urgencia de volver a evangelizar el continente que llevó la fe al mundo entero, y a ese fin responde la constitución del Foro San Benito de Europa y la organización de este primer congreso internacional sobre los benedictinos en su historia. Una historia que han contribuido a forjar de manera determinante en más de un sentido. En las distintas ponencias se hablará de la regla de San Benito como un modelo de vida y civilización; de la orden como origen de otras tan destacadas como el Císter, o de una cuestión tan interesante como las misiones monásticas en la cristianización de Europa; una visión general, en suma, que nos acerca a la brillante trayectoria de los hijos de San Benito a partir de los primeros siglos medievales.”

Este encuentro, en el que se proyectará el montaje audiovisual “La voz del silencio” y la coral Schola Antiqua presentará varias piezas inéditas, está avalado por el Pontificio Consejo de Cultura, lo organizan la Abadía de la Santa Cruz del Valle de los Caídos y la Fundación Foro San Benito de Europa, y lo patrocinan diversas universidades (CEU, San Dámaso, Católica de Ávila y Francisco de Vitoria).