CAMINEO.INFO.- El nuevo obispo de Asidonia-Jerez, José Mazuelos, afirmó, durante su saludo que “Cristo puede salvar al hombre siempre, con riqueza y con pobreza, en el Norte y en el Sur” y mandó un saludo a todos sus diocesanos: “entre todos tenemos que buscar el mejor bienestar para los hombres y mujeres de nuestro tiempo”.Presidida por el cardenal de Sevilla, fray Carlos Amigo, a las once de esta mañana se inició en la Catedral la misa de pontifical en la que José Mazuelos fue ordenado obispo y tomó posesión como prelado titular de la diócesis de Jerez..
Según cuenta Francisco C. Aleu en Andaluciainformación, José Mazuelos Pérez se ha convertido este sábado en el tercer obispo de Asidonia-Jerez, culminándose de este modo el proceso de relevo iniciado hace casi un año, cuando Juan del Río fue nombrado arzobispo castrense de España.
La ceremonia comenzaría poco antes de las once de la mañana, con una solemne procesión de entrada que partió de la Casa de la Iglesia y en la que tomaron parte los más de doscientos concelebrantes invitados. Cerrando la comitiva, el arzobispo castrense, Juan del Río Martín; el cardenal arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo; y el nuncio de Su Santidad en España, Manuel Monteiro de Castro; que precedían a José Mazuelos Pérez.
La Capilla Musical Catedralicia recibió a la procesión con música de Haendel y Deiss. Además de los ya referidos, hasta trece obispos tomaron parte en la ceremonia, destacando la presencia de Juan José Asenjo, arzobispo coadjutor de Sevilla y administrador apostólico de Córdoba; Francisco Javier Martínez Fernández, arzobispo de Granada; Antonio Montero Moreno, arzobispo emérito de Mérida-Badajoz; José Vilaplana Blasco, obispo de Huelva; Antonio Ceballos Atienza, obispo de Cádiz-Ceuta; Ramón del Hoyo López, obispo de Jaén; o Adolfo González Montes, obispo de Almería.
Tras la proclamación del Evangelio se inició el rito de ordenación episcopal de José Mazuelos. Dos presbíteros -Antonio Hiraldo y Mariano Pizarro- solicitaron a Carlos Amigo esa ordenación en nombre de la Iglesia local. El deán presidente del Cabildo Catedral, José Luis Repeto, fue el encargado de dar lectura del nombramiento dictado por Benedicto XVI el pasado 19 de marzo, quedando Mazuelos ordenado obispo a las 11.45 horas.
"Cargas” y “gozos” del obispo
A continuación llegaría la homilía del cardenal arzobispo de Sevilla, que contrastó las “cargas” y “gozos” del nuevo pastor en la tarea que debe desempeñar al frente de la Diócesis de Asidonia-Jerez. Según Amigo Vallejo, la misión evangelizadora del obispo sólo es posible “si se fija e imita a Jesucristo”, sirviéndose para ello “de los colaboradores que el Señor” ha puesto en la Iglesia, que no son otros que los sacerdotes, los diáconos, los religiosos y religiosas y los laicos.
El cardenal arzobispo de Sevilla aludió a los “riesgos” de la tarea del pastor: “Riesgo para su hacienda, pues la ha de repartir entre los pobres. Riesgo de su vida, pues ha de entregarla al servicio de los demás. Riesgo de su honra, pues ha de comprometerla por defender a los humillados. Riesgo de su ánima, pues la puede perder si no cumple fielmente todo lo anterior”. Junto a esas “cargas” y “riesgos”, una serie de gozos “inconmensurables”.
Carlos Amigo se refirió al “gozo” que supone “poder llevar a los demás el alimento de la palabra”, así como “llegar a ser padre de los pobres”. A este respecto, el oficiante advirtió de que la caridad “no se contenta con hablar de necesidad y tiempos de crisis, sino que pone en marcha los más adecuados y eficaces proyectos para conseguir que las personas, en mayor indigencia y exclusión, puedan vivir con dignidad”. Esa caridad, “basada en la justicia y el derecho”, debe sustentarse en “el amor a Jesucristo”, presente siempre “en nuestros hermanos más necesitados”.
A juicio del cardenal arzobispo de Sevilla, los obispos han de ser “administradores y repartidores de misericordia, como los ojos para llorar los males, como abogados por el pueblo de Dios, ofreciéndose para buscarle cobijo ante el tribunal del Padre”. El “secreto” para materializar ese mandato es “mirar a los demás como Cristo te mira a tí”. Monseñor Amigo Vallejo animó finalmente a Mazuelos a asumir “con alegría” las cargas que se derivan de su nueva responsabilidad.
Tras la homilía continuó el rito de la ordenación episcopal, postrándose Mazuelos en el suelo mientras se procedía al canto de las letanías. Después se alcanzó el momento culminante de la ceremonia, el de la imposición de manos de los obispos sobre el nuevo prelado y el rezo de la plegaria de la ordenación, simultaneado con la imposición del libro de los evangelios sobre la cabeza de Mazuelos.
Arrodillado, el tercer obispo de Asidonia-Jerez recibió entonces el anillo, la mitra y el báculo que le acompañarán durante su pastoreo; así como el beso del cardenal Amigo Vallejo, como presidente de la ceremonia, y de los obispos concelebrantes. Eran las 12.24 horas y en el exterior anunciaban la buena nueva las campanas de la Santa Iglesia Catedral. Las aproximadamente 1.600 personas que abarrotaban el primer templo diocesano refrendaron el relevo en Asidonia-Jerez con un caluroso aplauso.
“Mis predecesores han marcado bien el sendero”
José Mazuelos Pérez ofreció sus primeras palabras como obispo de Asidonia-Jerez antes de impartir la bendición con la que se cerraría la ceremonia. En esa intervención, el prelado aseguró que no parte “de cero” a la hora de afrontar su nueva responsabilidad, ya que sus predecesores -Rafael Bellido Caro y Juan del Río Martín- “han marcado bien el sendero”.
Además, Mazuelos cuenta con las oraciones de sacerdotes y diáconos, que deben convertirse en “ayuda” y “consuelo” del nuevo obispo. Al mismo tiempo, el prelado animó a los religiosos y religiosas “a seguir trabajando en la construcción del Reino de Dios”, así como a las familias cristianas, que deben ser “primicias y estandartes de la civilización del amor”.
Los laicos en general son para Mazuelos “la luz, la sal y el fermento” en medio del mundo. “Entre todos debemos desear y buscar el auténtico progreso de la sociedad donde vivimos y el mayor bienestar para los hombres y mujeres de nuestro tiempo y del futuro, que pasa, sin lugar a dudas, por el anuncio del Evangelio de la vida”, añadió.
El obispo de Asidonia-Jerez advirtió de que “la auténtica libertad está en el seguimiento a Cristo”. “Merece la pena seguir a un Dios Padre que invita a una aventura gozosa de amor, y que ha introducido a muchos en una maravillosa aventura de entrega y servicio”. Antes de despedirse, Mazuelos avanzó que “lo primero” que hará como pastor diocesano será “conoceros como hermanos en la fe de un Dios que nos ha amado en Jesucristo el Señor”.
Capítulo de agradecimientos
En su intervención, José Mazuelos tuvo palabras de agradecimiento para el Santo Padre, de quien destacó su “valentía” a la hora de proclamar el Evangelio y su amor a los hombres, “especialmente a los más desfavorecidos”. De igual modo, el prelado no olvió a Carlos Amigo y al resto de obispos consagrantes. Especial reconocimiento mereció el cardenal Pedro Rubiano, representante de la Iglesia de Colombia, donde Mazuelos dio sus primeros pasos como sacerdote.
Singularmente emotivas resultaron las palabras que el nuevo obispo dirigió a sus padres, de quien recibió “el don más precioso de la vida y de la fe cristiana”. También aludió a sus hermanos José María y Alicia, así como a los “amigos y paisanos” de su Osuna natal. El agradecimiento se hizo extensivo al Camino Neocatecumenal de la parroquia de los Remedios, que le ayudó “a crecer en la fe” recibida de sus padres, enseñándole “a vivir la Palabra de Dios como una Palabra viva y a amar a la Iglesia como a una madre”.
José Mazuelos no olvidó a todos aquellos que le han ayudado “a ser sacerdote” a lo largo de su vida. El prelado hizo referencia expresa a los feligreses y paisanos de las parroquias de San Isidro Labrador del Priorato, de Lora del Río; y de Santa María de las Nieves, de Benacazón. Igualmente mencionó a sus compañeros del Colegio Español de Roma y a los hermanos de la parroquia de Santa Francesca Cabrini.
El capítulo de agradecimientos reservó también espacio a la Universidad de Sevilla y la Hermandad de los Estudiantes, la Universidad Pablo de Olavide, y a las numerosas autoridades presentes ayer en la Catedral
