CAMINEO.INFO.- Como ha sucedido en años anteriores, en la cárcel de Picassent, un nuevo grupo de treinta y siete reclusos han comenzado a asistir a las catequesis de formación cristiana para adultos del Camino Neocatecumenal.
Hace cinco años ya que se formó dentro de la sección de preventivos del centro penitenciario de Picassent, en la Comunidad Valenciana, por iniciativa propia de los presos, el primer grupo de vida cristiana que se crea en el recinto. Dicho grupo los formaron veinte presos que formaron la primera comunidad del Camino Neocatecumenal en dicha cárcel.
Pues este mes de enero, en la misma cárcel de Picassent, otro grupo de treinta y siete reclusos han comenzado a asistir a las catequesis de formación cristiana para adultos del Camino Neocatecumenal. A dichas catequesis, que se realizan anualmente, se suele invitar a los presos, para que sean ellos mismos los que soliciten acudir a ellas, para incorporarse a comunidad de vida cristiana que vive su fe dentro de la prisión.
Estas catequesis iniciales, están dirigidas por un grupo de catequistas formado por varios seglares y uno o dos sacerdotes pertenecientes al Camino Neocatecumenal. De imparten dos días por semana en un área prestada por el centro penitenciario y durarán aproximadamente hasta el mes de marzo. Una vez concluyan, los propios presos decidirán si desean formar una Comunidad Neocatecumenal, para vivir en ella la fe cristiana a través de distintas celebraciones religiosas semanales.
Estas catequesis son similares a las que otras muchas personas realizan en distintas parroquias del mundo, y pueden ser una ayuda muy importante para estos hombres y mujeres que por distintas causas han sido privados de su libertad. Durante estos cinco años, han asistido a este tipo de catequesis numeroso presos, y muchos de ellos al salir de la prisión se han incorporado a otras comunidades neocatecumenales cerca de sus lugares de residencia.
El vivir su fe en comunidad ayuda a estos presos a romper con la rutina de la cárcel, a plantearse por que han llegado a esa situación y sobretodo a sentirse amados por Dios. El participar semanalmente de la celebración de la palabra y de la Eucaristía, marca profundamente a esos presos, y les hace encontrarse consigo mismos y con Dios, los reconforta interiormente y les hace revisar su vida desde misericordia y el perdón que siempre viene de Dios a través de la Iglesia
No es la primera vez que en una prisión un equipo de personas catequiza a los encarcelados. En Italia esta experiencia se inició hace quince años en la prisión napolitana de Poggioreale y debido a los frutos de esta predicación y a las experiencias de los presos recogidas en un libro («¡En la cárcel, pero libres!», ediciones EGA, Bilbao.1996). Fueron numerosos los capellanes que se animaron a pedir las catequesis e iniciar así el Camino Neocatecumenal, una iniciación cristiana, a semejanza de la que realizaban los primeros cristianos, que es vivida en pequeñas comunidades.
