Ver y Creer: “El Sínodo”

Hasta ahora, pasado el Sínodo y ya en calma, lo sensato es decir que "Nos vemos dentro de un año" para cuando, con el Documento Post-conciliar en la mano, podamos conocer y analizar los resultados finales de este Sínodo de la Familia que ha sido visto más como un Sínodo para "Divorciados vueltos a casar" y para "Homosexuales"; al menos así fue visto por varios analistas tanto de dentro como de fuera de la Iglesia. Esta visión no es infundada, encuentra sus antecedentes en la rueda de prensa durante el vuelo apostólico de Río de Janeiro a Roma, el 28 de julio de 2013, cuando a pregunta de un reportero acerca del acceso a los sacramentos de los divorciados vueltos a casar, el papa respondió: "Creo que es necesario verlo desde el conjunto de la pastoral matrimonial". Luego indicó que "Estamos en camino hacia una pastoral matrimonial más profunda" y agregó: "También el problema judicial de la nulidad de los matrimonios, esto se debe revisar, porque los Tribunales eclesiásticos no bastan para esto". Después, a pregunta de otro reportero, acerca de la situación de los homosexuales, el papa simplemente respondió: "Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarla?".

En cuanto comenzó el Sínodo, la atención de los analistas se centró en esos dos aspectos, atención que se vio reforzada cuando en el documento "Relatio post disceptationem" del Relator General -el Cardenal Péter Erd