El mes de mayo se ha dedicado tradicionalmente a la Santísima Virgen. Ofrecemos algunas propuestas para vivir más intensamente nuestra devoción a María.
- Celebración del “Mes de las flores”, con los ejercicios para cada día del mes, las oraciones y los cánticos marianos.
- Rezo del Santo Rosario. En familia, individualmente, en la parroquia o en el grupo al que se pertenezca. Puede ser una buena ocasión, en la iglesia o ermita en la que no se rece el rosario habitualmente, ofrecerse para hacerlo, al menos en el mes de mayo.
- Promover actos marianos en nuestras comunidades, como por ejemplo, charlas, canto de la salve los sábados, etc.
- Colocar adornos especiales de flores y velas en los altares que tengan imágenes de la Virgen.
- Poner en lugar destacado en nuestra casa una imagen de la Virgen, y rezar con los niños, si son pequeños, las tres avemarías o enseñarles alguna oración que no conozcan, de modo que, al acabar mayo la tengan memorizada. Para los mayores que quizás no la conozcan, la oración evangélica del Magníficat, la misma oración que dirigió la propia Virgen al Padre, y que nos ayuda a descubrir la identidad de María.
- Ofrecer “flores espirituales” a la Virgen, es decir, los pequeños sacrificios y cruces de la vida diaria que más nos cuesta hacer, servicios en casa, buenas palabras, silencios oportunos, mayor esmero en el trabajo. En definitiva, ofrecer con amor nuestra labor cotidiana.
- Participar y promover en nuestras ciudades y pueblos procesiones con imágenes de la Virgen, rezando el rosario o cantando.
- Imposición del escapulario del Carmen como signo de consagración, a los niños que se bautizan, hacen la Primera Comunión o la Confirmación.
- A las parejas que van a contraer matrimonio, entregarles como regalo o recuerdo una imagen religiosa, para que pueda ser colocada en algún lugar de su casa. Quizá sea el único signo cristiano en sus hogares.
- Realizar excursiones o peregrinaciones a alguna ermita o santuario mariano próximo.
- Lectura de libros sobre la Virgen. “Quién conoce más a la Virgen, mas la podrá amar”.
- En las iglesias y capillas recuperar el toque del Ángelus o del Regina Coeli, a las doce del mediodía. Los sistemas eléctricos en los campanarios facilitan hoy día esa tarea.
- En los grupos, cofradías y nuevos movimientos ofrecer charlas sobre temas marianos y los sacerdotes, en las misas diarias, dedicar unas breves palabras sobre las virtudes de María Santísima.
- Cualquier otra cosa que se nos ocurra y que sepamos que va a agradar a nuestra Madre del Cielo, que nos acompaña y protege aquí en la tierra. Porque todo lo que hagamos para honrarla, imitarla y darla a conocer, siempre será poco.
A JESÚS POR MARÍA.
