Cuando la caridad es amor (I)

La alegría del Evangelio llena el corazón y la vida entera de los que se encuentran con Jesús. Quienes se dejan salvar por Él son liberados del pecado, de la tristeza, del vacío interior, del aislamiento. Con Jesucristo siempre nace y renace la alegría (Papa Francisco, Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, n.1).

Esa alegría bebe en la fuente del amor siempre más grande de Dios que se nos manifestó en Jesucristo. No me cansaré de repetir, dice el Papa, aquellas palabras de Benedicto XVI que nos llevan al centro del Evangelio: «No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva» (Ib. n.7).

Todos tienen el derecho de recibir el Evangelio. Los cristianos tenemos el deber de anunciarlo sin excluir a nadie, no como quien impone una nueva obligación, sino como quien comparte una alegría, señala un horizonte bello, ofrece un banquete deseable. La Iglesia no crece por proselitismo sino por “atracción” (cfr. Benedicto XVI, homilía en La Aparecida, 437).

La Iglesia Católica es una Iglesia con las puertas abiertas. Es como el padre del hijo pródigo, que se queda con las puertas abiertas para que, cuando regrese, pueda entrar sin dificultad. Por eso, la Iglesia está llamada a ser siempre la casa abierta del Padre. No es una aduana, es la casa paterna donde hay lugar para cada uno con su vida a cuestas (Ib. n.46).

Con estas palabras de la Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium (La alegría del Evangelio) inicio este artículo sobre las obras de caridad en España y en Novelda. En una primera entrega me referiré a la situación en España. En un segundo artículo hablaré del mismo tema pero referido a Novelda.

Nuestro Señor nos dijo “que lo que haga tu mano derecha no lo sepa tu mano izquierda”. Pero también nos aconsejó: “brille vuestra luz delante de los hombres de manera que, viendo vuestras buenas obras, glorifiquen a vuestro Padre que está en el Cielo”. “Por sus frutos los conoceréis”, nos dice Jesús. Además, el Papa Francisco, nos pide a los cristianos de todas las comunidades del mundo, un testimonio de comunión fraterna que se vuelva atractivo y resplandeciente.

Que todos, escribe el Pontífice, puedan admirar cómo os cuidáis unos a otros, cómo os dais aliento mutuamente y cómo os acompañáis: “En esto reconocerán que sois mis discípulos, en el amor que os tengáis unos a otros” (Ioan. 13, 35). ¡Atención a la tentación de la envidia! ¡Estamos en la misma barca y vamos hacia el mismo puerto! Pidamos la gracia de alegrarnos con los frutos ajenos, que son de todos! (Evangelii Gaudium, n 99)

Para bien de la Iglesia y de la sociedad española –y noveldense-, he recopilado en este artículo algunos hechos significativos de estos últimos años sobre lo que la Iglesia Católica procura hacer en favor de los niños, los jóvenes, los ancianos y los más necesitados: los pobres y los enfermos. Todo ello ¡para la mayor Gloria de Dios!

La pastoral en clave de misión pretende abandonar el cómodo criterio pastoral del «siempre se ha hecho así». Invito a todos a ser audaces y creativos en esta tarea de repensar los objetivos, las estructuras, el estilo y los métodos evangelizadores de las propias comunidades (Ib. 33). En sí misma, escribe Santo Tomás de Aquino, la misericordia es la más grande de las virtudes, ya que a ella pertenece volcarse en otros y, más aún, socorrer sus deficiencias.

Recojemos, en primer lugar, algunas iniciativas sobre las obras de caridad que la Iglesia lleva a cabo en toda España:

1.- 5.141 Centros de enseñanza. Son tres millones de euros por Centro al año: 990.774 alumnos.

2.- 107 hospitales: 50 millones de euros por hospital al año.

3.- 1.004 centros; entre ambulatorios, dispensarios, asilos, centros de minusválidos, de transeúntes y de enfermos terminales de SIDA; 51.312 camas. Supone una inversión de 4 millones de euros por centro al año

4.- Gasto de Cáritas al año: 155 millones de euros (salidos del bolsillo de los cristianos españoles).

5.- Gasto de Manos Unidas: 43 millones de euros.

6.- Gasto de las Obras Misionales Pontificias (Domund): 21 millones de euros.

7.- 365 Centros de reeducación social para personas marginadas tales como ex-prostitutas, ex-presidiarios y ex-toxicómanos (53.140 personas). Supone medio millón de euros por centro.

8.- 937 orfanatos: 10.835 niños abandonados:100.000 euros por centro.

9.- El 80 % del gasto de conservación y mantenimiento del Patrimonio histórico-artístico eclesiástico.

El gasto total que la Iglesia Católica ahorra al Estado español es de 36.060 millones de euros al año.

A todo esto tenemos que añadir que la totalidad de personas que trabajan o colaboran con Manos Unidas y, Cáritas son voluntarios 'sin sueldo'. Hay muchas personas que trabajan por los demás sin pedir a cambio un salario, realizando su labor para ayudar a los otros por puro amor a los hijos de Dios.

Podemos decir que a pesar de toda la corriente secularista, la Iglesia Católica es una institución creíble ante la opinión pública, confiable en lo que respecta al ámbito de la solidaridad y de la preocupación por los más necesitados.