Ayer día de San Agustín, las Agustinas Recoletas de Lekeitio celebraron su día con una celebración eucarística. La superiora de la comunidad, María Lourdes Mallea, nos refiere que reciben "más visitas que hoy" el día de Santa Rita. La orden, proveniente de Eibar, se implantó en la localidad costera hace sesenta y seis años.
¿Cuántas religiosas habitáis actualmente en el convento?
Somos once. Dos, las más jóvenes, vinieron desde Filipinas y están completamente integradas. Son alegres, y las primeras en levantarse para realizar las tareas diarias. Nuestra jornada comienza a las seis de la mañana y hasta la hora de acostarnos, no paramos.
¿Realizáis alguna tarea que se retribuya económicamente?
Gracias a Dios, desde hace veinte años, un señor de Arrigorriaga nos solicita redes para proteger los árboles frutales de los picoteos de los pájaros. Antigüamente bordábamos, pero como hoy en día no se solicitan esas labores, nos dedicamos a las redes. Eatamos muy contentas porque no nos falta trabajo.
¿Tenéis algún contacto con el exterior?
La madre superiora es la encargada de informarse de las noticias más relevantes. Contamos con una radio pero yo todavía, como accedí al cargo a primeros de agosto, no me hago a la idea de que tengo que escucharla. La anterior superiora, sor Carmen Garro es la que más se ocupa de estas cuestiones.
¿El Concilio marcó o cambió algo vuestras vidas?
Las que entramos antes del Concilio vivimos una época diferente pero ciertamente, nuestra vida en comunidad no ha cambiado tanto. Seguimos cumpliendo la regla de San Agustín y por supuesto, rezando por todas las necesidades de este mundo, que no son pocas.
Dejamos a las religiosas felices, porque aún llevando más de media vida entre barrotes, se sienten más libres que muchas personas que viven fuera. Su vida es diferente a la de la mayoría de los ciudadanos pero no echan de menos nada porque disponen de lo más importante, que es el amor a Dios.
