CAMINEO.INFO.- Con el lema “Todos somos Comunidad”, Cáritas Diocesana de Santiago de Compostela celebró el pasado 12 de noviembre en el Colegio La Salle de la capital gallega su Asamblea Ordinaria, presidida el arzobispo monseñor Julián Barrio Barrio, quien recordó que Cáritas “conlleva esfuerzos, entrega y trabajo, sabiendo que las personas que en ella trabajan se comprometer a servir con un trabajo voluntariamente ofrecido”.
En la reunión, en la que participaron más de trescientos voluntarios procedentes de toda la diócesis, se analizó el trabajo desarrollado entre 2009 y 2011, un período en el que la institución eclesial hizo entrega de 542.827 euros en fondos de crisis –destinados a personas y familias--, y en ayudas promocionales, puntuales y asistenciales a través de la comunicación cristiana de bienes. Al mismo tiempo, se constató que en los nueve primeros meses del año en curso se ha registrado un aumento superior al 14 por ciento en atención primaria, mientras que las personas que por primera vez acudieron a Cáritas en busca de ayuda aumentaron un 22 por ciento. Se alertó, asimismo, del descenso de las aportaciones económicas que se viene registrando por parte de las Administraciones públicas.
“Debemos denunciar los atentados contra la dignidad humana”
En su intervención, monseñor Barrio insistió en que Cáritas “no es un órgano personificado de nadie; es la misma Iglesia, con su carácter comunitario y, por tanto, la continuación de la manifestación de amor de Jesucristo”. Constató, además, que la institución debe ser “factor de animación de la comunidad y en la comunidad, alentando en todos el espíritu de caridad, proyectándose hacia la sociedad con el anuncio, la denuncia y los gestos proféticos, como luz puesta en el candelero”.
Asimismo, el prelado señaló la necesidad de conocer las formas más urgentes de pobreza y de marginación existentes, de saber los procesos sociales que origina la pobreza y “denunciar los atentados contra la dignidad humana”. Subrayó que se debe globalizar la solidaridad: “Es urgente construir la nueva civilización del amor, educando en el diálogo respetuoso y fraterno entre culturas y civilizaciones”.
Tuvo palabras relacionados con los más necesitados: “El amor a los pobres es evangelio que acoge, abraza, y libera. En este sentido, la acción caritativa tiene una incidencia histórica y teológica, conectada con las esperanzas históricas de la humanidad, y con las experiencias originarias de la fe, porque derivan de una iniciativa de revelación y redención divinas. Podemos decir, que hay acción porque hay pobres, pero también porque Dios suscita ese amor”.
El arzobispo de Santiago recordó, finalmente, que Cáritas en sus diferentes niveles “está promoviendo no sólo la multiplicación de cauces e iniciativas concretas al servicio de los más pobres y marginados, sino también una progresiva concienciación de toda la comunidad cristiana frente a la pobreza y frente a la necesidad de la respuesta eclesial”.
Los voluntarios, pieza clave
El Modelo de Acción Social de Cáritas, expuesto en la Asamblea por Juan Antonio García Almonacid, técnico del Equipo de Acompañamiento de Cáritas Española, plantea la necesidad de abrir cauces para construir un mundo nuevo que, dijo, “nos ayude a reflexionar sobre nuestra propia acción, sobre su razón de ser”. Se refirió a una serie de conceptos claros relacionados con la persona como centro, que “es lo que proponemos para toda la sociedad”: el amor “como experiencia profunda de lo humano”; la Iglesia “como signo del amor de Dios, sobre todo a los últimos de este mundo”, y el estar inmersos en la realidad “analizándola, pero con pupila creyente, desde el lugar del pobre”. Un trabajo de ayuda a los demás que debe hacerse desde la proximidad, “la cercanía, la búsqueda de la persona en sus propios lugares, en sus propios contextos”. “Cada persona –añadió García Almonacid-- traza su propio camino, que nosotros no conoceremos si no lo recorremos y seguimos juntos a través de sus huella”.
Por su parte, el director de Cáritas Diocesana de Santiago de Compostela, José Anuncio Mouriño Rañó, agradeció en su intervención a los voluntarios el trabajo que desarrollan: “Gracias a vuestra colaboración las personas atendidas han podido encontrar una amable acogida y una ayuda en todas sus necesidades. Con vuestro servicio ofrecisteis el rostro de la ayuda y la entrega desinteresada a los demás”. Les animó a seguir trabajando ilusionados “para construir unas comunidades que se hagan recinto de la verdad, del amor, de la libertad, de la justicia y de la paz”. E insistió en que en épocas de crisis hay que redoblar los esfuerzos en la atención que se presta. Señaló a este respecto que en Cáritas se habían doblado las actuaciones en favor de los demás con respecto último año.
