Valladolid/ESPAÑA.- El arzobispo de Valladolid, Mons. Ricardo Blázquez, presentará el próximo 26 de septiembre, en la Universidad Pontificia Comillas, el libro con el que celebra los 25 años de su ordenación episcopal: ‘Del Vaticano a la nueva evangelización’, del sello editorial Sal Terrae.
En el acto, que se celebrará a las 19.30h. en el Salón de Conferencias de ICADE, estará acompañado del rector de la Universidad, P. Julio Martínez SJ, el profesor de Teología, P. Santiago Madrigal SJ y el P. Antonio Allende SJ, consejero delegado del Grupo de Comunicación Loyola, integrado por los sellos Sal Terrae, Mensajero y sjdigital.
Ricardo Blázquez repasa en este libro con «memoria agradecida» los años vividos en las distintas diócesis donde ha ejercido su ministerio desde el 29 de mayo de 1988, día de su ordenación episcopal presidida por Antonio María Rouco Varela en la catedral de Santiago de Compostela. Después fue obispo en Palencia, Bilbao y Valladolid, sede de la que tomó posesión en 2010. A estas cinco diócesis y a quienes forman parte de ellas, dedica este libro escrito a la luz de sus experiencias, de reflexiones y de sus estudios. Su análisis corresponde a un testigo que vivió el desarrollo del Vaticano II como seminarista en Ávila y que hoy retrocede a esos 50 años desde la perspectiva del Sínodo sobre la Nueva Evangelización, en el que participó ya como arzobispo de Valladolid. “La memoria del pasado nutre también la esperanza de cara al porvenir”, dice el autor cuyo conocimiento ha sido forjado por su formación en Teología, su labor docente y su responsabilidad episcopal.
Para él, el Concilio buscó la renovación de la Iglesia. Y desde esta perspectiva pasada traza el camino presente y futuro eclesial, que vive numerosas transformaciones sociales, culturales y morales. “Guardando, defendiendo y transmitiendo la herencia recibida de Jesucristo a través de los apóstoles (la fe, los sacramentos y la moral cristiana), cumplen los obispos un servicio necesario a los hermanos en la fe: garantizar la continuidad con Jesús y hacer posible una fidelidad creadora”, escribe en su prólogo. “La Iglesia estará más capacitada, hoy y siempre, para evangelizar, cuanto más arraigue su vivir en el Señor. Ante la nueva evangelización, que por todas partes descubrimos como necesidad apremiante, necesitamos volver a las fuentes del Evangelio para refrescar en ellas la esperanza. Sin encuentro con Dios no hay profecía, sin tradición no hay futuro, sin testimonio no hay evangelización”.
