Valencia/ESPAÑA.- Los trabajos de restauración de la Fundación de la Luz de las Imágenes han permitido descubrir una pintura de la Virgen que presidía la capilla del Rosario de la desaparecida iglesia de la Congregación, hoy parroquia de Santo Tomás Apóstol y San Felipe Neri, “considerada antiguamente un icono milagroso estrechamente vinculado a la historia de Valencia”, según ha informado la Conselleria de Educación y Cultura a través de un comunicado.
La pintura, que permanecía como anónima entre los fondos del Real Colegio de Corpus Christi de Valencia, ha podido ser identificada por Víctor Marco, comisario de la próxima exposición que está organizando la Fundación La Luz de las Imágenes, gracias al grabado que aparece reproducido en la biografía del venerable Domingo Sarrió, escrita por Antonio Jordán Selva.
En esta estampa “se puede contemplar a la perfección el aspecto que tenía el desaparecido icono mariano que se veneraba en la Congregación y ver que se trata de la misma obra que en estos momentos está siendo restaurada en los talleres de la Fundación”, según las mismas fuentes.
Diversos autores, como Orellana o Ximeno, acreditan que esta milagrosa imagen que se veneraba en la iglesia de la Congregación había hablado en repetidas ocasiones al venerable Domingo Sarrió (Alaquàs, 1609 – Valencia, 1667), religioso estrechamente vinculado a la fundación de la Congregación de Valencia y una de las figuras principales de la espiritualidad valenciana del siglo XVII.
Según Marco, se trata de una representación de la Virgen del Rosario “poco corriente, que presenta una serie de particularidades que la diferencian del resto de representaciones de esta advocación mariana y que tienen su explicación en una visión mística que tuvo el padre Sarrió el día de Navidad de 1656, en la que se le apareció la Virgen con esa misma apariencia”. Fue a partir de esta fecha cuando el venerable decidió encargar la imagen de su visión al pintor José Orient, para que presidiera el altar de la Virgen del Rosario de la iglesia de la Congregación.
La restauración de esta obra permitirá su contemplación sin una serie de añadidos que se realizaron a la pintura para aumentar su tamaño y sin los abundantes repintes, fruto de antiguas restauraciones, que enmascaraban sus calidades plásticas.
El descubrimiento de esta pintura “posee una importancia especial” ya que “supone un avance en la recuperación de la pintura valenciana del Barroco y en las investigaciones del pintor José Orient, y porque es uno de los escasos testimonios artísticos y devocionales que se han conservado de la primitiva Congregación de Valencia”, según Marco.
José Orient fue uno de los pintores más importantes del Barroco valenciano y prueba de ello es que ocupó durante algunas décadas el cargo de pintor de la ciudad de Valencia, realizando diversos trabajos para el consistorio como la vera efigies del venerable Domingo Sarrió. A finales del siglo XVII se trasladó a la provincia de Castellón, dejando una parte importante de su producción en algunas parroquias del obispado de Tortosa, como la iglesia de Santa María de Morella, la parroquia de Torreblanca o la iglesia de Santa María y el convento de franciscanos de Castellón.
