Urubamba/PERÚ.- Han pasado 500 años desde la llegada de 1511, cuando el misionero dominicano español Fray Antonio Montesinos, pronunció su histórico discurso en defensa de los derechos de los indios, el la isla de Española de la colonia de Santo Domingo. En aquellos días, de hecho, 15 Frailes de la Orden de los Predicadores (dominicos) fueron enviados por el Maestro de la Orden ( entre ellos Fray Tomás de Vio Cayetano) a la isla "para construir un convento y predicar la palabra de Dios".
La nota enviada a la Agencia Fies por los dominicanos de Urubamba describe en detalle la historia de ese período. Leemos que "estos buenos religiosos, no tardaron mucho en darse cuenta de lo que estaba sucediendo en la colonia: la esclavitud y la masacre de los indios. Los indios a los que fueron a predicar el Evangelio morian a causa de los malos tratos, el hambre y la violencia de los cristianos conquistadores. La comunidad de frailes dominicos decidió cerrar el convento y la iglesia durante siete días. Durante este período se trató de encontrar la respuesta a una pregunta: ¿con qué derecho se hacen estas cosas en contra de estos pobres indios? Esta pregunta se gritó en voz alta desde el púlpito de la pequeña iglesia, el cuarto domingo de Adviento, en 1511, se reabrieron las puertas y se invitó a la gente de la colonia a escuchar un sermón muy importante".
Esta petición de Justicia golpeó la conciencia de Bartolomé de Las Casas, y más tarde en la Universidad de Salamanca, este grito estimuló la gran reflexión de a que nació el nuevo derecho internacional. Ese grito siguió resonando durante los siglos y se puede reconocer su eco en la "Declaración Universal de los Derechos Humanos", proclamada por la ONU en 1948.
La comunidad de dominicanos de Urubamba rinde homenaje a los 500 años del sermón de Montesinos citando la necesidad de seguir trabajando por los derechos de los indios: de hecho, hoy en día el lugar de los "conquistadores" ha sido tomado por las empresas multinacionales, que llegan a esta zona para explotar los recursos naturales y el escamoteo de los derechos de los pueblos indígenas que viven allí. Los religiosos escriben: "Hemos tenido momentos de tensión, peligro y desesperación, al ver la seguridad limitada, la libertad, e incluso la vida de las comunidades nativas.
Nosotros misioneros dominicos de Urubamba nos unimos a este recuerdo-homenaje de los 500 años que dan un nuevo significado, humano y cristiano, a la llamada "conquista" o "descubrimiento" de América. Continuamos gritando en las esquinas de la selva del río Amazonas, con la misma valentía de Montesinos: ¿No son También estos indígenas seres humanos?, ¿No son también hijos de Dios ". (CE)
