La otra crisis: Hipocresía feminista

CAMINEO.INFO.-Algunas personas consideran que es una discriminación, una injusticia del todo irracional, que siempre y casi de forma exclusiva se piense en una mujer para que se haga cargo del bebé de turno cuando su padre y su madre trabajan. ¿Por qué los matrimonios nunca se plantean dejar a sus bebés al cuidado de un hombre? – se preguntan con aspiraciones de igualdad.
Otras personas de religión judía consideraban que era una falta grave atender a una mujer en día de sábado. Pero en cambio, no veían ningún inconveniente en sacar a su mula y a su buey de paseo para que comieran… ese mismo día y todos los demás. Y Jesús, que también es judío, les dio un sermón que comenzó con la palabra “hipócritas” y siguió con una enseñanza clara para las personas de aquella época, y también para las de hoy en día: la dignidad de toda mujer, de todo hombre, está muy por encima de la de cualquier animal, por muy doméstico y útil que nos sea.
Algunas personas consideran que es una discriminación que la mujer tenga que ser por obligación la que aguante durante nueve meses los embarazos. ¿Por qué los matrimonios nunca se plantean, como primera opción, la adopción que evite esa distinción natural o incluso la posibilidad de no tener descendencia? – se preguntan con aspiraciones de igualdad.
Otras personas con sentido común consideran que las soflamas “consigue más por menos” o “el lujo a tu alcance” que aparecen en algunos carteles publicitarios; con foto, teléfono y página web incluidos; son un ataque vergonzante e injustificado a la dignidad de toda mujer y de todo hombre. A ellas se las trata como a meros objetos productores de placer y a ellos como a simples animales irracionales deseosos y necesitados de saciar sus instintos más bajos. ¿Por qué las feministas, el Ministerio de Sanidad e Igualdad con Leire Pajín a la cabeza y Bibiana Aído a la cola… desde su puesto de la ONU en New York, y la sociedad entera no claman contra ese trato discriminatorio que supera la aberración más vomitiva? – nos preguntamos muchos, hartos ya de tanta hipocresía feminista propagandística. Ahí queda eso.