CAMINEO.INFO.-Estamos en plena campaña electoral y todos los partidos políticos trabajan a contrarreloj en busca del votante indeciso que maquille el esperado fracaso o reafirme unos resultados más que satisfactorios. Y ese “trabajo” también consiste en buscar los trapos sucios de los contrincantes y aferrarse a simples indicios o rumores calumniosos que socaven el buen nombre del adversario político de turno.
Y ahí tenemos a algunos dirigentes del Partido Popular dale que te pego con Blanco y una gasolinera. Que si el ministro de Fomento se reunió en una estación de servicio con un empresario corrupto y, encima, dentro de un coche que a saber si tenía el seguro en regla o no. Total, que según parece, tras este encuentro todo fue un camino de rosas administrativo para el empresario, y de vino y rosas para el primo de José Blanco que propició dicho encuentro.
Y ahí tenemos al señor Blanco desmintiendo por activa y por pasiva su implicación en semejante trama de corrupción, y hasta declarando su condición de creyente que hace cada noche su examen de conciencia para ver qué cosas ha hecho mal y qué ha hecho bien. Por eso; y porque no me entra en la cabeza que una persona corrupta exija con firmeza y convicción la dimisión de otra que supuestamente ha recibido dos trajes de regalo; creo en la inocencia del señor ministro y lamento la actitud de algunos dirigentes populares, alguno de ellos saliendo ya de cuentas de buena esperanza, que tratan de sacar rédito político de un asunto turbio que también les puede salpicar a ellos.
Y ahí tenemos a algunos dirigentes del Partido Socialista dale que te pego con el final del terrorismo y la supuesta rendición de ETA. Que si los populares deben pedir perdón por criticar y condenar el diálogo con los terroristas, que si ahora ya no hay que mirar debajo del coche en busca de una bomba lapa, que si no se ha pagado ninguna concesión política… Total, que parece ser que a la legalización “in extremis” de Bildu por el Tribunal Constitucional en las pasadas elecciones no se le puede tildar de “concesión”. Y lo mismo con el acercamiento de presos etarras al País Vasco o la “no impugnación” de las listas de Amaiur para estas elecciones. Por eso; y porque las víctimas de ETA, supervisores fiables de todo “proceso de paz”, están más que descontentas; no puedo creer que los comunicados de ETA se hayan dado sin más, sin nada a cambio. Y a los hechos me remito: los etarras ya están en las instituciones vascas y, tras el 20-N, ocuparán sus escaños en el Parlamento de España. Sí, en el Parlamento del país que quieren desmembrar con la fuerza de los votos, amparados en una Democracia que ha cedido a sus exigencias para dejar en el olvido a cientos de muertos y dar paso a cientos de miles de votos que reivindican la autodeterminación, la anexión de Navarra y la amnistía para todos los presos con delitos de sangre. Y sigo sin podérmelo creer. ¿A ustedes les pasa igual?
