Esto es más serio de lo que parece, pues por primera vez muchos españoles han corroborado una verdad casi olvidada en estos tiempos de crisis: El dinero no da la felicidad.
Cristiano Ronaldo, aunque algunos no se lo crean, está triste. Y eso que por él pagaron 90 millones de Euros. Y eso que cada mes que pasa en el Real Madrid gana más que un ciudadano normal trabajando media vida o una entera.
Pero no nos regocijemos en el mal ajeno y tratemos de dar a Ronaldo una solución para su tristeza. Una tristeza que afecta a su forma de jugar, de celebrar los goles, y por eso, también a todos los madridistas de corazón. Y para ello vamos a recordar aquello que decía el pedagogo Víctor García Hoz para educar en la alegría a los hijos y discentes, pues esto nos dará las claves para averiguar del porqué de la tristeza del futbolista multimillonario y, de paso, de la posible tristeza nuestra.
Decía García Hoz que una persona alegre es aquella que ha sido educada en el orden, en la laboriosidad y en la generosidad, y ha hecho vida y práctica de estas virtudes. Más aún, pues para que la alegría sea completa, si uno es creyente, también debería tener en cuenta que es hijo de Dios y que, por eso, no hay alegría que pueda superar a esta realidad filial.
Por eso, pensemos en nosotros si también estamos tristes, y veamos cómo vivimos el orden, la laboriosidad, la generosidad… y la filiación divina. ¿Tenemos una vida ordenada, al igual que los afectos? ¿Trabajamos con responsabilidad, sin buscar escaqueos y comodidades añadidas? ¿Somos generosos aunque la pobreza esté instalada en nuestra casa? ¿Somos capaces de “gastar” nuestro tiempo ayudando a los demás? ¿Nos acordamos todos los días de rezar? ¿Hemos caído ya en la cuenta de lo que significa ser y saberse hijo de Dios?
Ya se sabe, y yo mismo me digo, que “del dicho al hecho hay un buen trecho”. Pero también es cierto que si uno ignora una cosa, jamás la podrá poner en práctica. ¿No creen?
