Algunos piensan que son buenas personas porque no hacen nunca “mal a nadie”: No matan, no roban, no critican, no insultan… Y así va pasando su vida, sin pena ni gloria, porque en el fondo, y en la superficie, no acaban de ser tan buena gente como creen, pues de lo que se trata es de hacer el bien a los demás, no solo de evitar “hacerles mal”. Y por eso, la alegría llama pocas veces a su puerta, pues esta solo llega y se queda con esfuerzo generoso.
Algunas personas piensan que la concejala socialista de Los Yébenes, protagonista de un vídeo subido de tono colgado en Internet sin su consentimiento, no debe dimitir porque “no ha hecho mal a nadie”. Pero, ¿es eso cierto? ¿Realmente, aunque este vídeo no se hubiera hecho público, se ha comportado bien consigo misma y con los suyos? ¿Su corazón rebosaba de gozo tras realizar esta grabación que, según ella, iba dirigida a su marido?
Además, hay momentos en esta vida que son y deben ser irrepetibles, únicos, vividos en la intimidad que todo lo sagrado merece y que nadie, ni por equivocación o perversión; ni siquiera los mismos protagonistas; tiene el derecho de revivir con su mirada curiosa o lasciva. Por eso nunca tendríamos que haber tenido noticias de la existencia de esta grabación. ¿Por qué? Pues por la sencilla razón de que jamás tendría que haber existido. ¿No creen?
Seamos optimistas y pensemos que no hay mal que por bien no venga. Y es que a partir de ahora, eso es seguro, más de uno estará ya “formateando” el disco de su videoteca privada y otros habrán sacado de su habitación esas cámara indiscretas que tanto dolor personal y ajeno pueden causar si se usan sin seso.
