El pedagogo Víctor García Hoz realizó la siguiente definición de maestro: “El maestro es un hombre que no puede recluirse en el ámbito de su intimidad, de sus gustos o de sus aspiraciones, sino que ha de saltar las barreras de su propia persona para ir en ayuda de los demás (…) Al maestro corresponde una orientación altruista en la que, vuelto de espaldas a su propio yo, se entregue al perfeccionamiento de los demás”.
Algunos pensarán que esta definición solo puede ser asumida por aquellas personas que, dejándolo todo, se entregaron a Dios y, por Él, a los demás. A esas personas que se dedican a la enseñanza en cuerpo y alma y donan su nómina mensual, merecida del todo, a su orden o congregación religiosa.
En estos tiempos de crisis, donde las deudas y sus intereses ahogan a las administraciones, algunos pensarán que eso de “ir en ayuda de los demás” solo corresponde a los maestros de los centros concertados o a los maestros de Religión de la escuela pública, afectados también, al igual que los interinos de la enseñanza pública, por los recortes discriminados de la administración correspondiente.
Estamos en crisis y a todos nos vendría bien recordar, también a los que se consideran progresistas, que de la Institución Libre de Enseñanza, que fue fundada a finales del siglo XIX por Francisco Giner de los Ríos, nacieron las llamadas Misiones Pedagógicas allá por el año 1931. Fueron dirigidas por Manuel Bartolomé Cossío con una pretensión generosa y ambiciosa: llevar la cultura a aquellas zonas rurales donde la mayoría de sus habitantes eran analfabetos. ¿Y cómo se llevó a cabo aquel gran cometido? Pues gracias a un “equipo misionero” formado por maestros, profesores, artistas y estudiantes que entregaron con ilusión su tiempo y saber.
Estamos en tiempo de crisis, momento ideal para poner a prueba la vocación docente de todos los que nos dedicamos a la educación, sea en la enseñanza pública o privada. Pues algunos ya están experimentando de veras aquello que decía García Hoz de “orientación altruista” y “entrega a los demás vuelto de espaladas a su propio yo”, yendo a trabajar sin cobrar. Ahí queda eso para el que quiera entender.
