La ignorancia es muy atrevida y por eso aquel hombre se sorprendió cuando una mañana se encontró a su burro muerto de inanición. Resulta que, para ahorrar lo más posible, iba reduciendo poco a poco, un día tras otro, su ración de comida.
Por eso, cuando vio que su borrico había estirado la pata, afirmó desalentado: “Che, ahora que se había acostumbrado a no comer, va y se muere”.
La ignorancia es muy atrevida, por eso uno no deja de sorprenderse ante el cínico optimismo económico de algunos políticos y medios de comunicación. Andan eufóricos porque el número de desempleados ha crecido menos este mes de febrero que durante el mismo mes del pasado año. ¡Faltaría menos!
Y es que, si nos dejamos arrastrar por esta desvergonzada euforia, llegará un momento culmen de entusiasmo: cuando ya no trabaje nadie y se frene en seco el número de nuevos desempleados. ¡Manda bemoles!