Uno no sale de su asombro ante semejante impostura. Y es que unos políticos piden la dimisión de otros porque dan credibilidad infalible a unas imágenes publicadas por el periódico “El País” que, según ellos piensan y desean, valen más que mil palabras, y todas ellas malsonantes.
¿Cómo es posible que algunos políticos se atrevan a juzgar ciertas las habladurías que suscitan esas fotos? Qué poca seriedad merecen estos “servidores de lo público” tan influenciables y tan oportunistas. Más aún, ¿cómo es posible que un periódico como “El País” se deje llevar por esos intereses partidistas antes que por la búsqueda de la verdad? ¿Cómo es posible que se preste a este juego de juicios paralelos injustificables? Y es que esta predisposición a hundir, sea como sea, al partido del Gobierno deja bien a las claras su falta de profesionalidad y su vil parcialidad.
Esta crisis económica es consecuencia de una crisis moral y también de una crisis de ideas, pues una y otra vez caemos en los mismos errores, incapaces de ir más allá de los intereses partidistas y particulares. Desde aquí hacemos una llamada a los fabricantes de boinas, para que no cesen en su producción y, si es posible, la aumenten. Quizá algún periódico las regale por la compra de ejemplares con nuevas y originales exclusivas fotográficas. ¿No creen?
