A todos nos puede pasar, y más aún si nuestra formación humanística está repleta de clichés y bajo mínimos. Al mismo nivel que alcanzó con las clases recibidas durante la niñez y primera juventud. Y si a esto añadimos que, desde el programa radiofónico de "La Mañana" de COPE y de boca de su presentador y del director de "El Mundo", se le da bombo y platillo, es normal que a muchos desengañados, tanto de derechas como de izquierda o de centro, se les caiga la baba con Rosa Díez y su UPyD; Unión, Progreso y Democracia.
Por eso, para que a muchos nos deje de pasar este embobamiento, es necesario que hagamos un esfuerzo intelectual y pensemos qué hay detrás de la palabra "progreso" que el partido de Díez defiende a capa y espada. Si fuimos capaces de echarle un vistazo a su programa electoral, caeremos en la cuenta de que para Díez y sus seguidores, "progreso" es "progresismo". Sí y si ese "progresismo" anida en un partido de izquierda, como ocurre en este caso, uno ya puede sospechar qué hay detrás de esa palabra tan maltratada por los autoproclamados defensores de todos los derechos; inventados o no: laicismo, aborto libre, matrimonio homosexual, escuela única y pública…
A todos nos puede pasar, pero ya va siendo hora de que no nos chupemos el dedo y seamos capaces de buscar una formación continuada para criticar y aconsejar; si es preciso, que lo es; a todos aquellos que, pese a tener altas responsabilidades periodísticas en cadenas de radio "de fiar", aún no se han enterado de qué va UPyD. ¿O va a ser que sí?