La otra crisis: Servicio intrusivo

            Si uno echa la mirada atrás y reflexiona un poco sobre el legado de nuestros dos últimos presidentes, puede llegar a la conclusión de que las únicas leyes que han calado en la sociedad española y siguen vigentes, de una forma u otra, en nuestros días, han sido las legisladas por los gobiernos de González. Sí, esas que llaman de "ingeniería social", como pueden ser la ley educativa o la del aborto.

            En cambio, nada nos ha quedado de la etapa del presidente Aznar. Se centraron de forma obsesiva en la gestión económica; al igual que está haciendo ahora el señor Rajoy; olvidando que "el dinero viene y se va". Reventó la burbuja inmobiliaria, la que de forma ficticia nos hizo creer que estábamos en un "boom económico" sin igual, y todo se fue a pique. Es por eso que, visto lo visto, el legado de Aznar es prácticamente nulo e invalida su actual "vocación de servicio a todos los españoles". Porque el señor Aznar olvida una cosa: Toda relación de servicio, para ser lícita e impedir que coaccione la libertad del otro, debe ser recíproca y bien recibida. Y es que quizá el presidente Aznar ignora, pese a escribir ya un par de libros sobre su gestión política, que todo lo que hizo ya se esfumó y que posiblemente la gran mayoría de españoles no deseamos ser servidos por su persona.

            El dinero viene y se va, y la historia debería ser maestra de vida para no cometer de nuevo los mismos errores. Y es que, de seguir así, solo centrados en la economía, el legado de Rajoy será semejante al que nos dejó Aznar: cero patatero.