Los socialistas españoles acaban de celebrar su Conferencia Política en Madrid. Y todo para llegar a una conclusión; la misma de siempre: llegar a ser lo que quieren ser… para recuperar el poder gubernamental en el año 2015. O sea, incidir en su "progresismo" radical que tantas amarguras ha causado, y causa a la sociedad española, con la triste esperanza de captar el mayor número de votos y perpetuar el bipartidismo; ese estigma de las dos Españas confrontadas e irreconciliables que nos llevó a una injustificada y terrible guerra civil.
Los socialistas salen de su Conferencia convencidos de su triunfo futuro porque dicen que van a ser más "progresistas" que nadie. ¿Y en qué consistirá ese "progresismo"? Pues en blindar como "derechos constitucionales" la ideología de género, el aborto, la educación pública y mixta, el laicismo… O sea, en poner en "busca y captura" a todos aquellos españoles que no comulguen con su ideología sectaria y autodestructiva.
Olvidan los socialistas, pese a contar en esta Conferencia con el consejo y buen saber de una veintena de relevantes personalidades, que el auténtico progreso se fundamenta en la verdad. Una verdad que atrae, que nos muestra la belleza, felicidad de la buena, y que siempre nos brindará la oportunidad de decidir en libertad, sin esas leyes que son y serán represivas aunque aparezcan escritas en una "constitución" de un país que se considera democrático.