Ahí andamos unos y otros, por activa y por pasiva, dale que te pego con lo de conseguir, mantener y consolidar el "estado del bienestar". Y es que en España hemos pasado de un "estado de necesidad", donde todos tenían claros sus deberes y ponían de su parte para salir adelante, a ese supuesto "estado del bienestar", donde todos exigimos derechos, sin que se nos pase por la cabeza que tenemos algún deber. Además, hemos deificado ese deseo y no queremos que nada ni nadie, del cielo o de la tierra, se interponga en nuestro camino.
Y quizá por eso algunos, infravalorando la capacidad que toda persona tiene a sacar lo mejor de sí ante la dificultad, pretenden que sea el Estado el que lo controle y lo gestione todo: los medios de comunicación, la economía, la educación, la sanidad… ¡hasta la religión! Ahí tenemos a Pedro Sánchez, nuevo líder del PSOE, que ya nos ha dejado claro que va a derogar los acuerdos entre la Santa Sede y el Estado Español y que aprobará una nueva ley de "Libertad religiosa"; ¿irá con segundas eso de "libertad"? El tiempo dirá.