Jaime Mayor Oreja: “La familia es esencial y determinante para afrontar la crisis porque es entrega, sacrificio, solidaridad, bien y vida”

Madrid/ESPAÑA.- El portavoz y vicepresidente del Grupo Popular Europeo, Jaime Mayor Oreja, fue el encargado de pronunciar el este viernes el tradicional Pregón de Semana Santa en una abarrotada Catedral de la Almudena de Madrid. Sus palabras fueron un llamamiento en favor de la familia, una institución que es y representa los valores de entrega, sacrificio, solidaridad, bien y vida, en estos tiempos de crisis.

Para Mayor Oreja la crisis radica en relativizar todo y uno de los efectos de este relativismo es querer eliminar la Cruz de los lugares públicos y negar las raíces cristianas de Europa. Ante esta situación, señaló que nuestro deber como cristianos es defender los valores en los que creemos y trasladar la riqueza de la Semana Santa a nuestra vida diaria.

Monseñor Joaquín Martín Abad fue el encargado de presentar a Jaime Mayor Oreja, tras unas breves palabras que hicieron referencia a su biografía y carrera política, agradeció su presencia en el acto.

Acompañado por el Cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, el eurodiputado popular aseguró sentir una gran alegría aunque también una gran responsabilidad por ser elegido pregonero y en sus palabras quiso presentar el valor de la verdad, del silencio frente al ruido, de la alegría y el significado de la familia para hacer frente a la crisis.

Después de un breve saludo, Mayor Oreja señaló que un pregón es una gran oportunidad para hacer pública la fe y un privilegio siendo además en la Catedral de Madrid.

El eurodiputado del PP aprovechó y recordó la semana inolvidable que vivimos en agosto en Madrid con la JMJ, y por ello dijo, el pregón de este año es también de acción de gracias.

“Pregonar la Semana Santa es especial, porque el sentido profundo de estos días debe llenar toda nuestra vida y que la Pasión, Muerte y Resurrección que rememoramos, irradie luz en todos los hombres”. “La muerte de Jesús es una lección permanente de vida, un acontecimiento que hay que recordar y aprender, ya que nos aporta muchas enseñanzas para hacer frente los problemas de cada día”, afirmó.

Tras estas palabras hizo una similitud muy importante con las vivencias personales y la Pasión de Jesús. “Hay una relación entre las vivencias personales y la Pasión de Cristo”, relató. “En la Cruz podemos siempre encontrar las lecciones que necesitamos para encarar momentos de crisis personal y colectivas como las que ahora vivimos”.

Vivimos una crisis de valores, una crisis total y global

Mayor Oreja se refirió también a cuatro lecciones que da la Cruz: Los valores de la alegría, el silencio, la verdad y la familia.

Con respecto al valor de la alegría señaló que no hay una alegría mayor que la que brota de la vivencia personal de lo que significa la Pasión del Señor, explicó. “La alegría es una lección de la Cruz, en la crisis, la búsqueda de la alegría exige un esfuerzo casi sobrehumano y se precisa más que nunca la fe para abrazar la Cruz imitando a Cristo”.

Al referirse al valor del sentido del silencio destacó que nuestra vida personal a veces es difícil verla como un don de Dios, porque a veces parece un castigo cruel, inmerecido y la vida puede hacerse dura, chocando la alegría del cristiano con el dolor, pero la Semana Santa es la respuesta: Dios está en la Cruz, sufriendo en su piel cada uno de los golpes que el mal asesta a la humanidad en cualquier lugar del mundo. “Dios está en cada vida truncada, en cada injusticia y en cada humillación y no concede a la muerte la última palabra”.

Mayor Oreja dejó claro que la Semana Santa en el mundo ruidoso en el que vivimos es una invitación a la oración y al silencio, porque el silencio es otra forma de oración y recordó con unas breves palabras el ejemplo de la beata Teresa de Calcuta.

El ruido, expresión de lo superfluo, de la crisis…

El ruido, señaló, es la expresión de la crisis, de lo superfluo, porque hace perder el norte. “Si no eres capaz de encontrar tiempo para la reflexión y el silencio podrás hablar, pero no decir. El silencio no es enmudecer, el silencio si es profundo, da frutos e impulsa, aleja del miedo”.

Mayor Oreja denunció que “la crisis radica en relativizar todo, el silencio cómodo ha sido cómplice del relativismo y esto ha originado el querer eliminar la Cruz de los lugares públicos y negar las raíces cristianas de Europa. Ante esta situación, señaló que nuestro deber en esta crisis es transformar el silencio en defender los valores en los que creemos, en definitiva, trasladar la riqueza de la Semana Santa a nuestra vida diaria.

La tercera lección de la que habló fue la lección del valor de la Verdad. “A la Verdad sólo se accede escuchando la palabra de Dios y mediante el silencio de la oración. La Pasión de Jesús es la Verdad radical de nuestra existencia”, afirmó. “La crisis de valores de la sociedad persigue a los que dicen la verdad. Cada vez que despreciamos la vida humana, volvemos la cara a la Verdad y Le damos muerte; La crisis de valores es una crisis de Verdad y ante este hecho, las instituciones tienen que transmitir el bien y no el mal”.

Tras estas palabras denunció la mentira del relativismo: “El laicismo radical, la secularización sin límite hace que las sociedades olviden la Verdad del sacrificio en la Cruz. Muchos quieren hacer desaparecer la imagen de la Cruz”, alertó.

Finalmente hizo referencia al cuatro valor, el de la familia. Mayor Oreja señaló que el valor de la familia se extrae también de la Semana Santa. “La familia es esencial y determinante para afrontar la crisis de hoy y de siempre, porque es una institución decisiva para no perder el norte”. “La familia es el refugio de la soledad, también de la soledad de la crisis, es entrega, sacrificio, solidaridad, transmisión de la verdad y del bien y dañar la familia y la Iglesia es dañar lo que ellas nos transmiten, la verdad y la vida”.

Para concluir animó a todos los presentes a vivir activamente la Semana Santa Madrileña.