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Portada:: Homilia:: Ciclo A:: Domingo V T.O : Vosotros sois la sal de la tierra


CAMINEO.INFO.-




Domingo V T.O : Vosotros sois la sal de la tierra

Sun, 06 Feb 2011 07:28:00
 

CAMINEO.INFO.- Imagino la sorpresa de los discípulos de Jesús cuando escucharon estas palabras: “Vosotros sois la sal de la tierra... Vosotros sois la luz del mundo”. Se lo dice a unos hombres que seguramente no habían salido casi nunca de Galilea.

Este hecho nos ilumina dos cosas muy importantes:

. Las palabras de Jesús, éstas y muchas otras, tienen una pretensión de universalidad, que nace de su conciencia de ser Hijo de Dios. Un paréntesis: esta universalidad, esta manera de hablar de Jesús, es un signo de razonabilidad de su divinidad. Jesús no habla nunca como un hombre sabio que quiera iluminar a sus contemporáneos, Jesús habla como Hijo único de Dios, y lo que comunica es un mensaje para toda la Humanidad.

. Segundo hecho importante, Jesús pronuncia estas palabras teniéndonos a nosotros en su corazón. Cuando él dice “Vosotros sois... y....” nos tiene presentes en su corazón. Es un gran misterio, pero es así. Por esto, cuando lo escuchamos lo hacemos conscientes de que nos lo dice a cada uno de nosotros. “Tú eres la sal... Tú eres la luz...”. ¡¡Es una palabra viva!!
Hoy Jesús nos dice a cada uno de nosotros:
Que seamos sal. ¿Qué quiere decir esto? Un poco de sal en la olla, y todo coge otro gusto. Por tanto, quiere decir que nuestra vida (actitudes, virtudes, testimonio, buenas obras, etc.) ha de cambiar nuestro entorno. Esto nos recuerda también aquello de que un poco de levadura fermenta toda la pasta. Aunque seamos pocos, podemos transformar la vida de las personas que nos rodean... ¡Podemos! ¡Él nos lo dice!

Que seamos luz. Ser luz, qué expresión más poética y más clarificadora. No hay dudas de lo que quiere decir ser luz: iluminar. Imaginad que vamos por la montaña de noche, y el que tiene la linterna la apaga, ¿qué pasa? La gente, cae, tropieza, salen del camino, se pierden. No podemos dejar de hacer luz. Nuestra vida, nuestras obras, han de hacer luz para todos aquellos que nos rodean.

Nuestra identidad es ésta: ser sal, ser luz. Si la sal pierde el gusto ya no tiene razón de ser, no sirve para nada. Se ha de tirar. Si la luz ya no ilumina, no es luz, es oscuridad, es tiniebla. Ya no sirve para nada.


¿Cómo ser sal, cómo ser luz? La primera lectura, que siempre está puesta en relación al evangelio, nos lo ilumina claramente: haciendo buenas obras.

Escuchemos cuando poéticamente lo expresa:

“Parte tu pan con el hambriento,
hospeda a los pobres sin techo,
viste al que ves desnudo,
y no te cierres a tu propia carne.
Entonces romperá tu luz como la aurora,
y al instante se cerraran tus heridas”

Y al final de la lectura, después de enumerar unas cuantas obras buenas acaba diciendo: “brillará tu luz en las tinieblas, tu oscuridad se volverá mediodía”.

Per tanto, las buenas obras nos llenan de luz, quitan de nosotros las oscuridades, las tinieblas, y nos hacen ser luz para los que nos rodean.

Recuerdo que en otra parroquia una mujer que venía a hablar conmigo me hacía, habitualmente, un discurso muy negativo y pesimista. Un día le dije: le recomiendo que haga tres cosas: 1. Haga una lista de 10 cosas positivas en su vida. 2. No se mire tanto a usted misma, mire a los demás.
3. Haga el bien, haga cosas buenas, muchas, todas las que pueda, aunque cuesten... Me hizo caso... y en un mes su vida había dado un cambio...

Por esto decía el profeta Isaías: “Entonces romperá tu luz como la aurora, y al instante se cerraran tus heridas”. Todos tenemos heridas: afectivas, psicológicas, pero amar hace que curen. Estamos pensados, diseñados para amar, y si no lo hacemos no funcionamos bien. El pecado es aquello que no nos deja funcionar bien. El pecado nos cierra en nosotros mismos, y nos lleva a olvidarnos de los demás. Y esto nos hace mal.

En el Nuevo Testamento se nos dice: “Dios es amor”. Y en el Antiguo Testamento se nos dice: “que el hombre está hecho a imagen y semejanza de Dios”. La conclusión es que nosotros somos amor. ¿Qué quiere decir que nosotros somos amor? Nosotros vamos creciendo como personas, llegamos a la plenitud personal, llegamos a la santidad, cuando amamos. Y cuanto más amemos, más plenitud (santidad) en nosotros. Hasta llegar a amar como Cristo amó; dando la vida por los demás...

Que esta comunión con Jesucristo nos lleve a amar como Él y de este modo ser sal y luz del mundo…







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