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Lectura: Is 50, 4-7
Salmo: 21
Flp 2, 6-11
Mt 26, 14-27,66
¿Por qué lo mataron? ¿Cómo es que Él que pasó haciendo el bien, curando, hablando del amor a Dios y al prójimo, acercándose a los enfermos, a los marginados, mostrando el rostro misericordioso de Dios, cómo es que... acabó muriendo en cruz?
¿Por qué lo mataron? Hay muchas maneras de responder a esta pregunta.
Yo quisiera hacerlo desde las acusaciones que hacen a Jesús en el Sanedrín, tribunal religioso, cuando lo condenan a morir en cruz.
En el evangelio de Mateo, que hoy hemos leído, hemos escuchado: “El sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por Dios vivo a que nos digas si tú eres el Mesías, el Hijo de Dios. Jesús le respondió: “Tú lo has dicho. Más aún, yo os digo: desde ahora veréis que el Hijo del Hombre está sentado a la derecha del Todopoderoso y que viene sobre las nubes del cielo”.
En el evangelio de Marcos el diálogo es casi igual.
Y en el de Lucas la respuesta de Jesús acaba con este diálogo: “De nuevo el pontífice le preguntó y dijo: ¿Eres tú el Mesías, el Hijo de Dios? Jesús dijo: Yo soy.”
Y en el capítulo 10 de Juan, la acusación es muy clara: “Porqué tú, siendo hombre, te haces Dios”.
¡Por esto mataron a Jesús!
De aquí surge una pregunta: ¿Es Jesús, Dios para nosotros? ¿Es Jesús, realmente, Dios para nosotros o quizás nos hemos hecho un ídolo?
Hay una tentación que siempre está muy cerca de nosotros. Y que se puede dar con más o menos intensidad: apartar el Dios verdadero de nuestra vida y hacernos un ídolo adaptado a nuestra manera de ser, a nuestra psicología, a nuestras preferencias, a nuestros gustos. Y entonces nos hacemos un dios de bolsillo...
¿Cómo saber si Jesús es Dios para nosotros o es un ídolo, un dios de bolsillo?
Si Jesús es un ídolo es una cosa entre muchas cosas que hay en nuestra vida. Entonces en nuestra vida hay familia, trabajo, amigos, salidas, vacaciones, y dios como una cosa más...
Si Jesús es Dios, entonces Él es el centro de nuestra vida, el eje alrededor del cual gira nuestra existencia. Evidentemente que también hay familia, trabajo, amigos, salidas, vacaciones, pero todo esto está referido a Dios, es vivido desde Dios, recibe su sentido de Dios...
Es muy diferente que Jesús sea una cosa o sea otra.
Jesús murió porqué decía que era Dios, si nosotros no lo tratamos como a Dios también nosotros lo estamos matando en nuestro interior, porqué no dejamos que Él viva en nosotros...
Un ídolo no da nada... Dios lo da todo...
Os invito a descubrir en esta semana santa, un nuevo rostro de Dios, un Dios que abraza, ama y da vida.
